jueves, 16 de septiembre de 2010

Monte Perdido Tour Caneling Experience

Tenía ganas de hacer alguna pequeña travesía en plan autónomo, durmiendo en tienda y comiendo de hornillo, que es realmente lo que más me gusta de salir a la montaña (gitaning spirit). En un principio había pensado en la Senda Camille, pero el hecho de no encontrar compañero, y finalamente disponer de menos días de los previstos, me hizo olvidar esa opción.
Entonces vi el recorrido del Monte Perdido Extrem en el Grandes Espacios de Julio de 2010, y pensé que era justo el recorrido ideal: Tendría la oportunidad de acceder a Ordesa por Pineta que no lo conocía, dormir en Tucarroya que tenía ganas de verlo, y ver la gran cascada de Gavarnie, que me tuve que conformar con observarla a lo lejos cuando los niños aún casi ni andaban. ¡La ostia! Serían unas vistas increíbles por sitios que tenía ganas de patear y encima en un corto espacio de tiempo (4 etepas). En principio, un recorrido ideal...

   Sin embargo, a medida que estudiaba el itinerario, me di cuenta de que iba a ser muy “cañero” para ir con el mochilón, y que presentaba algunos pasos delicados: bajada de Tucarroya hacia Francia, paso de Les Echelles de Sarradets, y paso por Punta de las Olas al Collado de Añisclo. Todos eran evitables y se podían rodear, así que pensé que si alguno lo veía chungo, siempre podría darme la vuelta. Tenía muy reciente mi rotura de dedo meñique en Ordesa en Junio, y me dio bastante que pensar. Si en vez de un meñique te pilla una simple torcedura de tobillo...En solitario no debe molar nada de nada.
Intenté aligerar todo el peso que pude, pero nada, con mi material de taitantos años está difícil la cosa: 2kg el saco + 1.7kg la tienda + 2kg el agua + 2kg de la propia mochila …Con eso sólo ya tienes unos 8 kg. Echa comida para 4 días, ropa de repuesto, menaje, gas, brújula …Pues eso, unos 16kg, y eso que el único material técnico que llevo son unos cintajos y cabo de anclaje para Punta las Olas. Al final decido dejar crampones y piolo porque ya es demasiado peso. Sea lo que Dios quiera.


Día 1
   Finalmente salí de casa algo más tarde de lo previsto. Bielsa está a unas 6 horas desde Madrid, y con media hora de bocata por el camino, no llegué hasta las 14:00. En el parking, a pesar de estar bien entrado septiembre y no ser fin de semana, hay muchos coches.
Un par de vueltas tontas en la salida del aparcamiento hasta encontrar un cartel clarificador (coger CAMINO MARBORÉ), y para arriba que no hay tiempo que perder. 


Son 4:30 horas de subida mantenida, así que hay que tomarlo con calma. Yo veo las cascadas pero no distingo el camino, así que no tengo ni idea de por dónde me va a llevar. Por suerte está bien indicado con hitos.


Voy tranquilo, sacando fotos y disfrutando del paisaje, pero sin hacer grandes paradas porque tengo el tiempo casi justo: calculo que para las 19:00 lo más tardar tengo que haber encontrado un sitio donde pasar la noche.
 


 
Unas últimas zetas, y por fin llego al Balcón de Pineta.




La vista sobre el valle está chula, pero con lo que lo flipas es cuando te das la vuelta y aparece el glaciar de Monte Perdido ante tus ojos, con la maginificiencia carácterísica de Ordesa.

Bueno ,no va mal la cosa. Han sido 4 horas hasta el Balcón, justo el tiempo indicado por los carteles, pues de ahí al Lago es media hora, y teniendo en cuenta el peso a la chepa , no voy mal.
Después atravieso una zona entre bloques de piedra algo laberíntica, y a la salida ya veo la brecha donde se encuentra el reufgio de Tucarroya.




¡Qué flipe tio! Abajo había un güevo de coches, pero aquí arriba estoy solipankis total. Como se aprecia en la foto, no queda demasiado para que el sol se esconda. Es momento de buscar un sitio para plantar la tienda. Entonces empieza a correr un airecito bastante fresquete , y me asalta la duda: ¿tienda o refugio? Mira que me he pillao la tienduki con toda la ilu y tengo ganas de estrenarla, pero no sé si el saco que llevo va a ser suficiente...Además he leído que el refugio de Tucarroya es muy apreciado entre los montañeros por sus magníficas vistas…Decidido: tiro pal refu. No es tan idílico pero sí más práctico: además de protegerme mejor contra el frío, adelantaba camino para el día siguiente, y quizá conociera a alguien a quien acoplarme. Tan sólo esperaba que no estuviera petado de gente, porque si después de subir ese cacho última cuesta te toca dormir en el suelo …Aquí una fotejo con las vistas desde la última cuesta antes de llegar al refu:



 Veo un par de montañeros obervando mi sudada. Ha habido suerte, y me confirman que hay sitio para mí



Las vistas desde el refugio hacia el lado español efectivamente son bonitas :



Pero las que relamente me sorprenden son las vistas hacia el lado francés, con este mar de nubes a nuestros pies. Si hubiera dormido en el lago, me lo habría perdido.


Aunque aún no se distingue bien, la bajada parece pina pina …
 

 
En el refu había una pareja de franceses rondando el medio siglo, y ¡cómo no! tres vascos. ¡¡¡SIEMPRE QUE A PIRIS VAS, UN BUEN VASCO ENCONTRARÁS!!!! Tiene mucha mucha aficción a la montaña esta gente. Como me dijeron una vez,  HUESCA-HERRIA je je je!

 Llegué justo para disfrutar de las vistas con las últimas luces , y prepararme la cena. Luego me arrepentí un poco, porque quería estrenar la tienda y los vivacs al pie del lago eran ideales. Pero bueno, así tengo excusa para volver.

Ale, unas última fotos, y al sobre que refresca de pelotas, que para eso estamos a 2666m según el cartel del comedor.


Día 2


Sabía que los vascos iban a bajar a Francia, así que me tomo el desayuno con mucha calma para esperarles e ir todos juntos.

Pero ¡cáspita! Lo que no me habían  comentado es que primero se van a hacer los Astazous también. Por un momento estoy tentado de unirme a ellos, pero tengo el tiempo justo, ya que el jueves dan lluvia por la tarde y no quiero que me pille de bajada en Punta Las Olas.

Así que un último vistazo a Monte Perdido y Cilindro , y tiro solipankis a la dichosa bajadita. 





Coooooño que pinta tiene la puta bajada. Habrá que tomarlo con calma.


Más o menos la llevaba bien... hasta que dos grandes bloques de piedra a un lado, y hielo al otro, me cortaron el paso.La única posibilidad era destrepar por la pared de la izquierda.Me quité la mochila y vi que el paso lo podía dar. Me volví a ajustar bien la mochila a la cintura, empecé a bajar, pero mi pie no encontró un último apoyo antes de tocar suelo. ¡Y una polla! Vuelta parriba y primeras dudas. “Un pequeño resbalón y no paro hasta Toulouse”, pienso. ¡Cagüen la ostia si me hubiera traído los crampones! Pero sin ellos por la nieve ni de coña. Está demasiado helada para ir solo con botas. No sé si  quedarme hasta que lleguen los vascos o qué coño hacer. No tengo ni idea de cuánto tiempo pueden tardar. Entonces vi que una pareja se acercaba en sentido contrario. Podía esperar a ver cómo subían ellos, y cuando llegaran al punto donde estaba atascado, pedirles ayuda para bajar la mochila.
 


Pero mientras esperaba, además del paso en sí, que no me estaba dando muy buen rollo, me asaltaron dudas “globales”. Si finalmente tiraba palante, iba a estar casi obligado a completar el Tour, porque un regreso por este sitio, iba a estar complicado. ¿De verdad iba a poder completarlo antes del jueves por la tarde? Ir tan justo de tiempo obligaba prácticamente a usar los pasos más delicados, y si este era el más fácil de todos, no me quería imaginar en las Echelles o Punta las Olas …Siempre había creído que podría darme la vuelta en cualquier momento si la cosa se ponía chunga, y de hecho me conformaba con ver la cascada de Gavarnie y volver por el mismo sitio de ida, puesto que La Brecha y Góriz ya lo conocía. Pero en ese momento ya no lo tuve tan claro. La subida del día anterior había bastado para convencerme de que llevaba demasiado peso para afrontar este recorrido con desniveles tan pronunciados. ¡Joder, si llevaba hasta las playeras por si me dolían los pies con las botas! Decidido: Este Tour es para ir sin peso de refu en refu, o por lo menos repartir el peso con otro compañero. Mejor me tiro a por algo más suave sin tanto desnivel, y aprovecho para bajar ahora que voy guay de fuerzas.

   Y eso es lo que hice: bajar de nuevo a Pineta, lo cual me llevó casi tanto tiempo como la subida, sobre todo por las veces que tuve que parar a ponerme esparadrapo en las zonas donde me rozaban las botas. Un sandwich y un breve descanso, y al coche hacia Jaca. La putada es que el camino me iba a llevar 2 horas de coche, y eso me dejaba apenas 1:30 o menos para buscar un sitio para dormir. Se me pasó por la cabeza ir a Bujaruelo para ir a Gavarnie, pero no sabía cómo podía estar el tema de los autobuses que ponen en verano para acceder al Parque. Así que a lo seguro: iría hasta Somport, y de ahí al Lac de Estanés que es algo que conozco bien, bonito, y que se podía hacer más o menos en el tiempo del que disponía. Lo que sí tenía claro es que no me apetecía dormir en un camping y mucho menos en un hostal.

   Así lo hice, y después de 2 horas de coche y 40km infernales de Boltaña a Sabiñánigo por la carretera del Puerto del Serrablo (¡¡¡KE AGKO DE CARRETERA CHAVAL!!!!) , llegué a Sansanet a las 19:00. Justo para llegar al lago antes de que anocheciera.
Aligeré la mochila, botas blandas esta vez, y parriba con un cohete en el culo. Pero por supuesto ese ritmo infernal no lo pude mantener mucho tiempo, y las sombras me ganaron la carrera. Tenía que buscar un sitio YA. Por segundo día consecutivo sufro el estress de encontrar un sitio donde dormir antes de que anochezca. Por suerte, vi una pequeña planicie de hierba junto a un arroyo. ¡Perfecto! Hierba blandita y agua para cocinar , beber y lavar el cacharro (sin jabón, claro, y echando los restos de comida fuera del agua). Monté la tienda bien en poco tiempo (menos mal que había praticado antes)  y en seguida me puse a hacer la cena.
 


 
Un grupo de caballos que pastaban algo más arriba bajaron a cotillear. O lo mismo es que me vieron cara hambre y pensaron que les iba a quitar los hierbajos...



Me harían compañía toda la noche con el tolón tolón de sus cencerros. Y para mí que se tiraron comiendo tooooooda la noche, porque cada vez que me desvelaba los oía. ¡Ay si no hubiera sido tan educado y me hubiera puesto a hablar con ellos! Y eso que eran franceses tu, y seguramente no entendian nada de lo que les decía.

¡Cheeeeee! Tu sigue con la hierba que los espaguetti son pa mi, cuadrupedo listillo.


Era mi primera noche en solitario en el monte, y tuve los típicos momentos de escuchar ruidos por todas partes. Ruidos provocados por el viento, los caballos o el murmullo del arroyo, que entre sueños te parecen  como de animales que rondan la tienda y te asustan, pero que en realidad no son más que imaginaciones la mayoría de las veces. Bueno , una vez en Soria sí que vino un zorrillo descarado a comerse los restos de comida que habíamos dejado fuera, pero por regla general los animales tienen más miedo de nosotros que al revés.

   Me asomé un par de veces con el frontal y vi unos ojos brillar en la oscuridad. No creo que fueran de potrillo por el tamaño, pero tampoco me asusté mucho. Pensé que si se trataba de algún animal chungo los caballos relincharían como en las pelis je je je. Así que por un lado , su compañía me tranquilizaba…y por otro no: les daban unos arrebatos que no veas y se echaban sprints sin venir a cuento. ¿Qué te juegas a que en una de esas me pisotean la tienda y a mí dentro de la misma? Verás como me meten con la coz en tol melón.

   Cuando ya estuve más calmado, pude disfrutar de una visión alucinante: un cielo estrellado como hacía mucho no veía, cuyos puntos luminosos parecía que se podían desplomar sobre tu cabeza. ¡Guau! Debe ser la ostia hacer vivac y quedarte dormido mirando a un cielo así. Pero a mí eso de los bichejos me da repelús, así que de momento, mejor tienda.



 
Día 3

Al amanecer me encontré a los jamelgos tal como los había dejado la noche anterior: comiendo. ¡Por Dios! No pierden un minuto.



Bon Jour señor caballo. Usted siga con su hierba, que yo me voy a meter un Nescafé con Oreos.
 
Con el estómago calentito, me dispongo a recoger el campamento sin perder un minuto. Estoy en Parque Nacional Francés y aquí la multa puede ser de órdago. Además, es una zona de rápido acceso desde el coche  ,y no quiero arriesgarme a que me pillen. Así que antes de las 7, a desmontar el chiringuito.

   El día anterior no me dejó precisamente buen sabor de boca, casi hasta lo consideraba perdido. Esperaba montarmelo bien en los 2 días que me quedaban haciendo la circular Canfranc-Formigal: ida por Canal Roya, vuelta por Canal de Izas, y quién sabe si incluso con la ascensión al Anayet.

   Dejé el coche cerca del campamento militar de Río Seta, y de nuevo reviso la mochila para llevar lo imprescindible. Me calzo las Bestard-K por aquello de la posible ascensión al Anayet…y mis doloridos pies me suplican las botas blandas. Vale, no quiero más esparadrapo.


Al poco de iniciar el camino, paso por un refugio que parece más un establo. Mucho tiene que estar cayendo para refugiarse ahí, que eso debe estar lleno de pulgas y piojos.


La Canal Roya la verdad es que se me hace sosa. También hay que decir que a las 10:00 ya me estaba pegando un solitrón de la ostia y me estaba asando vivo, sin una sombra a la vista desde que abandonara el bosquecillo de la pista inicial. ¡Joder!  A mí tanto sol me mata. Eso sí, hay que reconocer que se trata de un camino como Dios manda. ¡Por aquí sí que se puede ir con mochilón a gusto!


Sí , de acuerdo, esto es un lujo de camino para ir de mochilero. Pero un poquito de emoción no le vendría nada mal. ¡Y sobre todo sombra por Dios! No paro de beber y espero que los ibones estén cerca. Menos mal que repuse bien las reservas.

En el camino veo una placa dedicada a Kike, algún compañero montañero que supongo debió sufrir algún accidente mortal.
 

Esto me recuerda que estamos de paso y hay que disfrutar a tope, pero siempre con cuidadín. Quizá hiciera bien en abandonar la bajada de Tucarroya si no lo veía claro. Pero es difícil quitarse de la cabeza esa vocecilla que te repite en plan chinchón “ miedica, miedica, miedica!!!”
Descansa en paz, Kike.

Del dolmén que figura en el mapa, ni rastro. Y si lo que quería era un poquito más de emoción y sombra, pronto lo iba a tener, porque una especie de pequeño circo cierra el paso por la Canal, y para superarlo iba a tener que probar las piernas con otro desnivel, aunque ni mucho menos comparable a la subida al balcón de Pineta.
Venga va, ya sabes como va esto: despacito y con calma.



¡Anda , mira quién aparece!


 
Y nada más subir por el camino del murallón, se llega en cuatro pasos al ibón grande de Anayet. La verdad es que la estampa, bien con al Anayet o con el Midi de fondo, es de primera.





Los llanos alrededor del ibón ofrecen un sitio de lujo para pernoctar. Lástima que haya llegado aquí tan pronto, en unas 4 horas, porque es un bonito destino. ¿Qué hago? Son las 14:00 y aún queda mucho día por delante. De momento, comerme un sandwich y descansar un poco observando al esbelto Anayet y su vértice.


Por aquí no encuentro el gentío que me esperaba. Nadie con pinta de acampar o subir a los picos. Tan sólo tres parejas dando un paseo en plan relajado. El sol me ablanda la chirimolla, y con los pies descalzos sobre la colchoneta me empiezo a contagiar de la pereza de los pocos que me rodean. Me quedo adormilado, y el tiempo pasa muy deprisa. ¡Ostias! Casi dos horas desde que llegué.

Pensándolo bien, sería mejor alejarse un poco del ibón, que con tanta hierba y calor, hay mosquitos por todas partes. Dejo la mochila y echo un vistazo a ver si hay algún sitio mejor en los alrededores. También me asomo a ver por donde continua el GR-11. Uf!!! Formigal está a tomar por culo…



De nuevo dudas: ¿me quedo aquí o sigo caminando? Al venir por Canal Roya no he visto buenos sitios para dormir, porque hace forma de barranco, y las partes más planas o están encharcadas, o llenas de boñiga de vaca. Hay bastante ganado suelto, y no me hace mucho dormir entre vacas (yo es que soy más de caballos J ). Y por lo poco que recuerdo, me parece que la Canal de Izas va a ser un poco lo mismo…No , estoy convencido de que no voy a encontrar un sitio tan chulo como este para pasar la noche. Pero por otro lado, aún es muy pronto y no le he metido suficiente caña a las piernas. No me voy a quedar sentado ahí esperando a que oscurezca sin más. Vale: echo a andar . Si veo un sitio chulo, perfecto. Si en 1 hora no lo encuentro, regreso a los llanos del Ibón mayor.

   A lo lejos veo otro Ibón pequeño, cuyo camino de subida parte más o menos a la altura de esta cabaña (Glera de Anayet ,creo) , ¡y encima hay que pasar un buen tramo en sombra para llegar a él!



Pero ,atontao de mí, me despisto y en su lugar llego a este horror . Desde luego la vista del Midi desde aquí ,no es tan agradable.




Vale: ya he hecho el canelo lo suficiente. O me vuelvo por donde he venido a la seguridad de los llanos que están de puta madre, o me aventuro a buscarme la vida valle abajo. Está claro,¿no? Para no perder la cosntumbre, tendré que subir lo que he bajado a contrarreloj para acampar antes de que anochezca.




Además de retirarse el sol, ha empezado a correr un aire bastante fresquito que me obliga a cenar rapidito y sin perder tiempo meterme prontito en la tienda.Ya no hay que preocuparse de los mosquitos, que deben estar tiritando.




No apetece siquiera estar sólo con la mosquitera, así que mejor cierro el doble techo para estar más resguardado. ¡Bendito refugio de poliéster! Me ha costado decidirme dónde plantar la tienda de tanto sitio que había, y espero haberlo hecho en la dirección adecuada del viento.

Pruebo a ver si tengo cobertura con el móvil, pero nada. La radio tampoco se sintoniza bien. Sólo me llegan retransmisiones deportivas, pero con tanto ruido que prefiero eschucar el viento. A mí esto de acostarme tan pronto se me hace raro, pero tampoco hay que preocuparse demasiado, porque a poco que te pongas a mirar el techo de la tienda, con el calor del saco te cuajas pronto. Prueba de ello es que me quedé dormido con el frontal entre las manos antes de guardarlo en el bolsillo de la tienda.

En uno de los habituales despertares (es difícil dormir del tirón en una tienda o refugio, y a mí desde que tengo niños me resulta casi imposible incluso en casa), asomo la cabeza para intentar fijar la imponente silueta del Anayet bajo las estrellas en mi memoria. Lástima que el cielo esté algo cubierto, y el brillo de la luna reflejado en las nubes no ofrezca una visión tan nítida como antes de acostarme. Aún así es la ostia. Tengo la sensación de estar en total soledad. ¡Bien! Eso es justo lo que quería. Esta vez no hay caballos alrededor, ni ojos que brillen en la oscuridad. Tan sólo veo una araña que amenaza con meterse en mi tienda. ¡Fuera puta, fuera! Ves, es por esto que, como no sea en pleno invierno cuando no tienes el problema de los insectos o las bichas, no me veo haciendo vivac.

La verdad que esta noche estoy mucho más tranquilo. Pero claro, eso no impide que me despierte en mitad de la noche creyendo que algún topillo cabrón me está royendo el suelo de la tienda. Imaginaciones. Es sólo el viento…y 4 gotas que han empezado a caer. El sonido de la fina lluvia sobre la tienda me relaja. Pero entonces pienso: “¡Un momento! No debería estar lloviendo aún. La previsión era para el jueves por la tarde”. ¡Mierda! Eso anulaba la posibilidad de subir al Anayet por la mañana. Además, no me apetecía bajar por la zona de más desnivel con lluvia, pues buena parte del camino es sobre piedra lavada.



Día 4

En cuanto me desperté, me lancé a recoger el campamento a toda ostia aprovechando que había dejado de chispear.




De nuevo en camino antes de las 8. Ni siquiera me paré a fotografiar a un grupo de sarrios que sorprendí con las primeras luces. No quería que la lluvia me pillase en esa bajada.


Ya en terreno llano, me relajé por completo. Podía diluviar si quería. De hecho, un día nublado sin lluvia es el ideal para caminar. Mucho mejor que los calores del día anterior.


Además, con estas luces tenues, el verde del paisaje me resulta mucho más bonito. Hoy la Canal Roya me parece mucho más bonita que ayer. Quizá también porque esto se acaba, y no me apetece en absoluto.




Al contrario que el día anterior, esta vez me cruzo con más gente. Primero un matrimonio de extranjeros, de los que el hombre hablaba español muy bien. Van a estar 15 días por Pirineos, qué envidia. Fíjate que estupidez, que les aviso de que va a estar lloviendo toda la tarde y también la día siguiente. ¡Cómo si alguien que va a tirarse 15 pateando por Pirineos no cuente ya con eso! Está claro que si vas a salir un finde o 4 días y sabes que va a caer la del pulpo, te quedas en casa. Pero si te metes en un viaje de 2 semanas, ya sabes a lo que vas y es mejor que lo tengas asumido. Te puede tocar pasar un día entero en la tienda o calarte hasta los huesos, a tu elección.

Después me cruzo con un par de lobos solitarios como yo. Supongo que estarán haciendo el GR-11.

Cuando llego al coche, tengo un cierto sentimiento a salida-fracaso. Tengo la sensación de no haber aprovechado bien el tiempo, y sé que va a pasar bastante hasta que pueda montarme otra de estas. No he completado el Tour que tenía en mente, no he aprovechado para subir los Astazous o el Anayet , no he completado la circular Canfranc-Formigal …En definitiva, he descubierto un nuevo concepto: el CANELING MOUNTAIN. Al menos, he podido probarme a mí mismo pasando un par de noches en total soledad (excepto en Tucarroya,que había gente en el refu) viajando de forma autónoma.


Lo que está claro que un recorrido exigente como el Tour del Monte Perdido, no es fácil hacerlo con 16 o 17 kg a la espalda. Por eso proliferan tanto los recorridos de refugio en refugio tipo Carros de Foc. Si la prioridad es la experiencia del viajar autónomo como era mi caso, escoger itinerarios por debajo de las posibilidades, a sabiendas de que las fuerzas merman con los días, con los puntos de vivac y agua más o menos planificados para no dejar demasiado a la improvisación y perder tiempo. Asumir igualmente la presencia de lluvia si la cosa es para varios días. Las previsiones para más de una semana son difíciles.Si no se va por terrenos complicados, no debe suponer mucho problema.
De vuelta a Madrid , en Sabiñánigo recojo a una chica haciendo auto-stop. Es una inglesa menuda, de pelo ensortijado tirando a pelirrojo y aún más delgada que yo. Habla español perfectamente, y me cuenta que estaba haciendo el Camino de Santiago, pero que después de 11km ya se ha cansado pq va todo el rato por la carretera. ¡11Km! ¡Pero qué coño de Camino de Santiago es ese! La pregunto qué hace por aquí y me cuenta que vive en una aldea de Huesca. La tia vendió su casa en inglaterra para comprarse una casa sin agua ni luz en esa aldea. Todo en plan super hippy: placas solares y aljibe en el techo para no pagar ni una factura. En invierno, a calentarse con leña, claro. ¡Joooooodeeeeeerrrr!. Desde luego le ha echado un par de pelotas. Y encima me dice que la gente de su aldea es muy rara y están todos locos ….
 

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