viernes, 21 de enero de 2011

Sierra Nevada - Veleta & Mulhacén desde Pradollano

Hace 5 semanas desde mi última salida a Picos, y estoy desesperado por salir. -->
Después del fracaso de Picos, me apetece salir con el club. Si bien Sierra Nevada no me hace mucha ilusión , tengo la oportunidad de apuntarme 2 Tresmiles. Incluso en algún momento estuve pensando en apuntarme a hacer la Norte del Mulhacén, pero visto que presenta al menos 2 resaltes con hielo que obliga al uso de 2 piolets, y que sólo van machacas, mejor me apunto con el grupo de la subida por la normal. Es una ascensión aburrida porque no presenta ningún paso técnico, pero tengo el aliciente de que va a ser una buena calcetinada, y además se trata del punto más alto de la Península, dos  factores (altitud y distancia) que quiero probar de cara a futuros proyectos como pueda ser el Mont Blanc. 

-->Día 1
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Salimos de Madrid algo tarde, a las 16:30 más o menos. Por fortuna, no pillamos ningún atasco fuera de lo habitual, y el camino hasta Granada es todo autovía. No se hace muy pesado. Cuando paramos a tomar un bocata, coincidimos con los chicos de la Norte.Su idea es salir hacia el refugio de la Carihuela, a los pies del Veleta, según lleguen a Pradollano. Es decir, dejar el coche por el albergue militar, mochila a la espalda, y tirar con los frontales para llegar la refu hacia la 1.  La verdad que a mí me parece buen plan, porque de esa manera ganas 3 horas para el día siguiente, y además hace una preciosa noche con luna llena y cielo despejado, ideal para su porpósito. Pero mi grupo decide que nos quedamos a dormir en Pradollano, y además, para mi sorpresa, no lo haremos en tiendas de campaña, sino en furgo. Mi Vaude Explorer se queda sin estrenar, pero a la vista de la rasca que hace, no me importa demasiado…


-->Día2
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La furgo volkswagen transporter donde he dormido es una pasote. Además de hacerse cama los asientos, nos despierta la calefacción , programada a las 6:30. Nos cuesta bastante desperezarnos. Todo va muuuuuy lento. Recoger los sacos, revisar las mochilas, calzarse las botas y polainas, desayunar …
Total que empezamos a andar a eso de las 08:00. Los hay que les cuesta más aún , y van por detrás de nosotros. El frío tiene bastante culpa de nuestra lentitud.



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Sólo vamos andando otro chico (Rafa) y yo. El resto van con skis de travesía. Rafa me ha convencido en el último momento para cargar con las raquetas de su novia. Yo nunca las he usado, pero les hago caso, aunque como por ahora la nieve está durita, no hacen falta. Suponemos que los chicos de las tablas nos van a sacar mucha ventaja, así que a nosotros a nuestro ritmo.


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Lástima que el hecho de andar por una carretera próxima a las pistas de ski desluzca un poco el panorama. Me quedo de piedra cuando me dicen que el pico que tenemos enfrente es el Veleta ¿Tan cerca de las pistas? ¡Inocente de mí! ¡Los remontes prácticamente llegan a su cumbre como podré comprobar más tarde!

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La subida es muy suave, sin resaltes, y tan sólo nos vemos obligados a sacar el piolet para atravesar un par de placas de hielo. Más por imagen que por otra cosa, porque entrar ni siquiera entra entero el regatón, y ante un resbalón ahí, ya puedes tener bien practicada la autodetención porque no sé yo si es muy factible …Yo nunca había cruzado hielo, así que lo encuentro una ocasión estupenda para practicar. 
Al tran tran, avanzamos hasta la última cuestecilla, con los remontes ya cargados de esquiadores ante nosotros, y el vértice geodésico a vista.Al final hemos llegado antes que  nuestros compis de skis, que se vieron obligados a perder algo de altura por culpa de las placas de hielo.

 
 Un vistazo desde la cima del Veleta:


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Desde la cumbre del Veleta vemos nuestro siguiente objetivo, el Mulhacén, y algo más allá la imponente Norte de la Alcazaba.



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Al principio creo que vamos a ir siguiendo la huella que va por la cresta, que aunque se ve bonita, con mochilón de 16 kg , no me convence mucho. Pero no, vamos a bajar hasta el refu de Carihuela, y de ahí cogeremos otra huella que aunque pierde bastante altura, va por camino sin complicaciones.

-->¡Menuda nevera el refugio de Carihuela! Según nos comenta un skiador, ha estado tapado la semana anterior.Ahora apenas asoma la entrada y un ventanuco.

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Después de un buen rato a media ladera, nos damos cuenta de que hace rato que no vemos a nuestros compis skiadores. Los llamamos por el walki como si fuéramos profesionales de expedición, y justo en ese momento los vemos disponiéndose a bajar por el desvio de Carihuela.

-- Mejor seguimos – le digo a Rafa – Ahora en cuanto empiecen a bajar nos pillan.

Pero no. Por lo visto a ellos les fastidia más que a nosotros lo de tener que ir a media ladera, y no logran recortar la ventaja que les llevamos. Y eso que antes de encarar la prmiera de las subidas que tenemos de camino, me tomo un buen respiro.



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¡Muchacho, cómo cansa esto de ir por la nieve blandurria con el mochilón!
¿Que por qué no me pongo las raquetas? Pues las hemos llevado un rato, pero como les ocurre a los otros con los skis, para ir a media ladera son un coñazo y mejor vas con las botas.
Rafa va fuerte. Yo algo más tocado con molestias en la ingle derecha, pero aguantando el tirón. Por lo menos no tengo molestias en la rodilla izquierda, que cada vez que salgo a correr me obliga a parar si me paso de los 45 minutos.

Cuando llego arriba, me sorprende gratamente la vista de los Raspones de Rio Seco. Inevitable imaginarse subiendo por alguna de sus canales. Por fin el panorama se vuelve más inhóspito, porque hasta ahora el hecho de andar al lado de unas pistas de ski, no me ha hecho ninguna gracia.






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Ahora sí que tengo la sensación de estar metido en montaña como Dios manda. El hecho de que sólo nos hayamos cruzado con un paisano y no llevemos a nadie por delante o por detrás aumenta la sensación de libertad. Para eso es para lo que venimos aquí, para disfrutar de la naturaleza sin los agobios de las multitudes, y encontrar esa marivillosa sensación de libertad, de disfrutar de lo primario. Estamos tan hartos de todo, que lo que nos apetece es renunciar por unos instantes a todas nuestras comodidades, y encontrar el placer a cosas tan sencillas como una simple taza de te o un plato de pasta compartido con los amigos.

De nuevo hay que seguir a media ladera cargando la pierna derecha, en suave ascenso.



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Al llegar al próximo alto, divisamos ya el refugio de La Caldera a nuestros pies, y eso que está stuado a 3050m…Osea que hemos estado andando prácticamente todo el rato por encima de 3000m

Un ultimo descanso antes de emprender el descenso, y para allá que vamos.







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Por fin llegamos al Caldera a las 15:00 aproximadamente, unas 7 horas desde que salimos de Pradollano.
Cuando vemos a un tio tomando el sol en el tejado, le digo a Rafa :

-- Ese fijo que es el Puchi

¡Efectivamente! Partió el enganche de un crampón, y no ha podido hacer la Norte.
También nos comenta que nos demos prisa en salir al día siguiente, porque el guarda del Poqueira les ha dicho que va a entrar un frente muy frío con acusado descenso de las temperaturas. Bueno, pues habrá que subir al Mulhacén del tirón,¿no?



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Pensaba que iba a estar cansado para afrontar la subida final, pero la verdad es que haber relajado las piernas unos minutos y haber comido algo me ha devuelto el ánimo. Bueno, y sobre todo, quitarme el mochilón de encima. ¡Anda que no se nota!


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Y en aproximadamente 1 hora desde Caldera, hacemos cima sin mayor problema que el viento frío que empieza a soplar.







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Vista del Veleta, de donde venimos.





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Unas fotos rápidas y para abajo cagando leches que me estoy quedando tieso. Llevo unos guantes finitos de stretch y no soporto el frio que me está dejando insensibles las manos, así que aviso a Rafa y meto el turbo:

-- ¡Tio, me bajo cagando leches que no siento las manos del frío que tengo!

En esta foto se aprecia como el cielo se ha ido cubriendo atenuando el sol. La forma de las nubes delata también como va llegando el frente frío que nos ha comentado Puchi.



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Nada más llegar al Caldera, nos ponemos a fundir nieve para preparar unos tes y preparar algo de pasta. La verdad es que hemos bebido poquísimo. Rafa y yo ni siquiera hemos acabado con una botella de litro de aquarius en las 9 horas que llevamos caminando, así que lo mejor es empezar a hidratarnos ya mismo.
La temperatura en el interior del refugio es de unos -3ºC , una buena ocasión para estrenar mi plumas. La verdad es que resulta mucho más calentito que un forro gordito.



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Ya meriendicenados, vemos como bajan un par de parejas con las últimas luces del día.
Uno dice que igual son 4 rusas cachondonas, pero yo no lo termino de ver claro... Igualmente serán bienvenidos para ayudar a caldear el ambiente del refugio. Eso sí, que no venga ya nadie más porque empezaríamos a estar apretaditos. El refu tiene 16 plazas, pero con los 11 que sumamos ya es suficiente.


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Unas cuantas risas mientras seguimos fundiendo nieve para llenar las botellas para el día siguiente, hacemos infusiones o recenamos, y a la piltra a eso de las 21:30. En casa no me sería posible irme a dormir a esas horas, pero aquí no me supone demasiado esfuerzo. Un par de vueltas dentro del saco hasta encontrar la postura, y a sobar. Por probabilidad, siempre hay alguien que ronca y esta vez no es una excepción.
 


 
-->Día 2
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Suena el despertador a las 7:00, es hora de levantarse …y comprobar que han caído, y siguen cayendo, unos cuantos centímetros de nieve…

Antes de salir de Madrid había probabilidad de encontrar nieve ligera. Pero yo a eso lo llamaría más bien ventisca. No se ve un pimiento a más de 200 metros o menos. Aquellos que no subieron al Mulhacén el día anterior se van a tener que quedar con las ganas. Lo mejor es que recojamos cuanto antes y nos pongamos en marcha.



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¡Brrrrr! ¡Menudo frío! Llevo un par de camisetas térmicas y la chupa, y para caminar bien. Pero en cuanto me quedo parado, se me queda la espalda helada.

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El altímetro del LIDL me llega a marcar -6ºC , y la sensación térmica puede que incluso sea algo menos. Menos mal que por lo menos no solpla viento, porque si no sería la ostia. No sólo por el frío, sino también por los copos que, a pesar de las gafas, te alcanzan los ojos. Puede ser buena idea hacerse con unas gafas de ventisca para la próxima vez.

Y ¿qué quieres que te diga del estado de la nieve? Pues con los varios centímetros que han caído, es fácil de imaginar...

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Menos mal que Paco se conoce el camino de memoria, porque yo ni papa. Desde luego, no me gustaría nada encontrarme con una de estas en alguna de mis salidas en solitario…
En esta foto vamos más distanciados porque sobre nuestras cabezas pendía un buen cornisote que amenazaba con caer en cualquier momento.
 


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Cuando por fin llegamos al Carihuela, nos da la sensación de que ya está todo hecho. A partir de ahí es todo bajada, así que esto es más cierto para los que van con skis. A los que vamos a patita, aún nos queda sufrir algo más, pero nada que ver con las subidas con nieve blanda que nos han destrozado antes de  llegar aquí.


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Si bien cuando empezamos nuestro ascenso al Veleta el día anterior renegué y renegué de las pistas de ski, ¡esta vez me alegro pero que muchísimo de que estén ahí! Gracias a ellas vamos a poder encontrar el camino de regreso sin mayor problema. De lo contrario, es seguro que habríamos dado rodeos innecesarios o incluso quizá nos hubiéramos perdido. Incluso con las balizas de las pistas, tenemos algún momento de dudas …Lo mejor fue lo que hicimos: tirar todo el rato por su margen, hasta que por fin avistamos a la Virgen de las Nieves. ¡Menuda alegría! Y gracias a que abajo estaba mucho más despejado, que si no me veo bajando hasta el pueblo y llamando a estos por el móvil para que nos hubieran ido a recoger.