sábado, 31 de marzo de 2012

Norte del Perdido + Cilindro – Learning by brown

Esta vez parecía que sí, que al final aprovechando el lunes de vacas por la Semana Santa, por fin íbamos a ir a mi pretendido Vignemale…
¡Pos va a ser que no!
Rafa tiene ganas de algo más cañero, algún corredor donde haya que lucirse, porque se le avecina un parón en las salidas “de a finde”, y porque está hasta los huevos de oírnos hablar de las Nortes de Sierra Nevada. Pablo también quiere devolverle de algún modo la pelota (en el mejor de los sentidos) a Miguelón:

-- Paco y Miguelón disfrutando toda una semana en la Chamonix-Zermat , ¿y nosotros al Vignemale que ellos ya lo han hecho? ¡No, mejor la N.del Perdido que a esa también le tienen ganas!

Y yo…¿Quién soy yo para quejarme si me tienen que llevar a todas partes….?

Además, el plan incluye chuparse el Cilindro después de la bajada por la escupidera, que es un pico al que le tengo muchas ganas, y que dejé en mi anteriorvisita al Perdido, y sobar en tienda frente al glaciar, algo que también me prometí a mí mismo en mi primera salida ensolitario.

-- Oyes: ¿sus habeis dao cuenta de que la Norte del Perdido es AD? – pregunto así de refilón, aunque ya sé la respuesta- Por lo visto el segundo corredor se las trae…

Y me pasan un link, donde la verdad, parece que la cosa no pinta tan mal y salen unas fotos guapas.


Y a su vez yo, acudo a mi estimado Maskarell, donde ¾ de lo mismo: parece que la cosa se empina y puede haber hielo, pero por las fotos, supongo que simplemente hay que apretar un poco más que otras veces:


Lección número uno:  Hay que contrastar bien cuantas más reseñas mejor, e informarse bien de las condiciones. En mi opinión, posiblemente en la crónica de Maskarell las condiciones eran ideales, con todo el segundo corredor cubierto de hielo o nieve dura, donde se podía tirar de piolets (de todas maneras ole sus güevos para hacer eso en solitario…), mientras que la crónica de Komando Kroketa, es demasiado “indulgente”: para nada los pasos en roca salen de II-III, aunque ellos mismos reconocen que lo encontraron en buenas condiciones.

Nosotros no habíamos hecho un AD antes, y con la escasez de nieve de este invierno, había que contar con el segundo corredor en peores condiciones. Para mí lo razonable es: “si te vas a meter en algo más de chicha, por lo menos que sea en las mejores condiciones posibles”. Pero estos lo tienen claro, y aunque no conseguimos información de las condiciones, no hay manera de hacerles cambiar de opinión. Y como por una parte me van a llevar de segundo y yo me fio de ellos, y por otra creo que si lo veo chungo a última hora, puedo atravesar todo el glaciar del Perdido para escapar por el Cuello del Cilindro como encontré en esta reseña de Desnivel…pos palante.

Día 1:

Salimos prontito de Madrid, que aunque con el cambio de hora no anochece hasta las 20:00, la subidita hasta el Balcón “it is not turkey mucus”, que dicen los tommies que van a estar de parranda en la Saloufest estos días.

Llegamos alrededor de las 14:30 con bastante calor, y cuesta muchííííííísimo ponerse botas, calcetas gordos y demás. No te quiero decir ya echarlas a esa mochila que estás deseando aligerar…Hay que mentalizarse en que arriba vas a necesitar ese forrillo fino, esos guantes de repuesto, etc.


Rafa se ha traído un pequeño pesa-maletas, y finalmente vamos todos con prácticamente el mismo peso: 17 kilillos de ná…

-- Claro, pero tu ya llevas 1 litro y medio de agua, y nosotros todavía tenemos que llenar botellas…
-- ¡Enga coño! También tu pesas 10kg más que yo, así que en proporción yo voy más cargao. Así que ale, pa ti las telas de la Vaude Explorer, y pa mí los tubos- y parece que logro encasquetárselas al pobre Rafa sin que proteste mucho… Se joda, que con eso de que le ha cogio gustillo a salir a correr, me lleva siempre con la lengua fuera el cabrón.

La verdad, no sé qué pensará la gente que esté paseando por la pradera al vernos cargaos como mulas…
Como además Rafa va con los pantalones a la remanguillé, le dejamos que se adelante unos metros para que no nos relacionen con él.




Esta subida es muy mantenida y salva más de 1000m de desnivel (1200m según he leído), así que hay que tomarla con calma. Los carteles indican 4h, pero pensamos que nos pueda llevar algo más por el peso de las mochilas, y por cómo pueda estar la nieve en la zona del embudo a estas horas.
Al menos parece que las recientes nevadas no han descargado mucho aquí, lo cual nos tranquiliza, ya que el embudo es una zona muy propensa a aludes.



El camino se sigue bastante bien, y aunque a veces parece que te va a enriscar…


….siguiendo bien los hitos se encuentra el paso que algo más abajo ofrecía dudas.




Cuando llegamos al embudo, y a pesar de la huella profunda que encontramos, calzamos crampones y sacamos piolet por si acaso, que parece que no, pero tiene su gracia…





¿Tas fijao lo lejos que se ve el Parador? Tiene que molar eso de estar sentadito ahí en la terraza con unos prismáticos diciendo aquello de “camarero, rápido, otra Mahou que parece que les está costando a los chavales”

Las interminables zetas que se hacen en verano, ahora se hacen del tirón por to lo recto.





Cuando llegamos, nos sorprende encontrarnos con varias tiendas , cinco hasta donde llega la vista.

-- La Feria Abril no se celebra en Güegka , ¿no?
-- Yo sepa, no
-- Pos entonces estos van todos a hacer la Norte también …

Lógicamente los mejores sitios ya están cogidos, así que no nos complicamos mucho en encontrar un sitio para plantar la tienda. Más que nada, porque no hace ni pizca de viento, porque no queda mucha luz, y porque no vemos la hora de meterle el tenedor a esos caracolillos con atún que nos ha prometido Rafa.





Emotivo homenaje en las proximidades de la zona de vivacs:







Cena caliente con un té, retahíla de cazos de nieve fundida para rellenar las botellas para el día siguiente, pis obligado para no tener que salir del saco en mitad de la noche, y a sobar que mañana promete paliza. 


Día 2

Hemos perreado lo inconfesable, y cuando salimos del saco ya vemos un grupo numeroso camino al Serac superior.

Las tiendas a nuestro alrededor terminan de vaciarse, pero nosotros seguimos calentando unos teses como si nada.

-- Pos parece que ya pega el solete bien en la travesía del glaciar , ¿no?
-- Posssi. Esperemos que no nos hundamos mucho. La verdad que teníamos que haber madrugado un poco más, ¿no?
--Pssss. Pos igual. Toas maneras, ese grupo tan numeroso me parece a mí que viene de Tucarroya. Esos san levantao a las 5 lo menos.
-- ¿Gabachos?
-- Fijo.

Y seguimos bebiendo los teses con Príncipes mientras observamos cómo se dirigen al segundo corredor. 





-- Oyes, estoy pensando una cosa – apunto – La previsión es de lluvias por la tarde, y nosotros ya vamos con retraso. ¿Qué os parece si hacemos la primera canal, atravesamos el glaciar hacia el Cuello, y nos vamos directamente al Cilindro? La segunda parte del corredor no parece que tenga mucha nieve, y nosotros sólo hemos traído una cuerda de 50m. Si la roca está desnuda, creo que habría que hacerlo a largos en vez de en ensamble.


Pasan de mí.

Sí vale: la verdad es que les intento convencer porque no termino de ver claro el segundo corredor, y porque al observar bien el recorrido, me doy cuenta de que el plan de escaqueo que había previsto no es tan factible. Es decir: una vez pasado el segundo Serac, no parece tan fácil escaquearse hacia el Cuello.
Pero por una vez, lo que estaba diciendo no sólo era prudente, sino también acertado…

Lección número dos: Si hay previsión de lluvias, cuenta con que éstas se adelanten.

Cuando nos encaminamos al primer corredor, el sol ya nos calienta las orejas.
Está claro el camino, ¿no?





La inclinación de esta primera canal es muy asequible. Hay mucha huella, y la nieve está en buenas condiciones. Yo saco el segundo piolet al encontrar un par de metros con algo más de dureza ,sobre todo en previsión de que luego pueda estar en peor posición para desatarlo, pero con un piolo y bastón se puede hacer bien.








Foto de Rafa:




La verdad que se disfruta y hasta da pena que se acabe…






Ahora viene la travesía por el Glaciar, hasta encontrar el paso bajo el segundo Serac. Hay mucha huella y además tenemos a una pareja a vista, así que no hay pérdida posible.





El cielo está despejaísimo. De momento hace un día de puta madre y hasta sobra ropa.


-- Rafa, antes de que se acabe la sombra para un poco que echamos un trago de agua y me quito el forrillo.

¡Y joer si se agradece! Cuando te pega el solano de pleno, sientes las orejillas al rojo.








El paso por el segundo Serac tiene una pequeña travesia con nieve dura donde, ahora sí, agradezco los dos piolets. Estos siguen tirando de 1+bastón…Ya me dirás tu qué necesidad llevando el otro colgao de la mochila, que cualquiera que los vea va a pensar que lo quieren dejar nuevo para venderlo de 2ª mano….


Y por fin vemos el segundo corredor, donde damos alcance no sólo a la pareja que nos precedía, ¡sino también a los últimos integrantes del gran grupo que vimos desde abajo!


Va-ya te-la.
Como pa haber madrugao mucho más…
Alguno está desesperaito de todo el tiempo que les están haciendo esperar, y les mete algo de prisa.

--¡Aaaaaamos familia, que es pa hooooy!

Yo no participo en esas arengas, porque ahora que compruebo que, tal como temía está todo pelao de nieve, pienso que no me gustaría nada de nada que alguien me estuviera metiendo prisa cuando llegue mi turno. Así que aguanto estoicamente la hora y pico larga que nos tiene allí con los dedos de los pies al refrigerio, mientras observo la progresión de todos los que van subiendo, intentando memorizar los mejores movimientos.

Foto de Rafa:





--¡Mengesankan! –exclamo al ver el vuelo que se mete uno de ellos, que en indonesio viene a ser algo así como “impresionante”.


-- ¿Qué ha pasao?

-- Joer tio, ¿no lo habeis visto? Se ha metio un vuelaco que me ha bajao el azúcar a los pies.

Afortunadamente, todo queda en un susto sin importancia. Pero imagínate si yo ya estaba con el canguelo, como tengo el cuerpo en ese momento…

Desde abajo parece que hay un par de repisitas donde hay que llevar pies, pero a todo el mundo le resbalan los crampones. No hay nadie de los que yo haya observado, y son unos cuantos, que haya subido sin esmerilar puntas. Nadie que haya subido con un estilo limpio, sin arrastrar pies. La razón es evidente: no hay presas para pies. Esto no es un II-III ni de coña.






Pablo sube de primero. Yo voy al medio en el ensamble, y Rafa se queda en el último lugar por si hubiera que quitar algún cacharro. Donde empieza la parte de roca, algo alto a la izquierda, hay un pitón providencial que ofrece bastante  tranquilidad. Pienso que aunque Pablo cayera, y fuera una caída de factor 2, aguantaría el tirón y no nos llevaría a los 3 pabajo.

Al principio Pablo intenta ir por la izquierda porque parece que hay mejores agarres, pero enseguida se convence de que es mejor por la derecha, por donde han ido subiendo los demás, a pesar de que no haya donde colocar pies decentes (aunque en las fotos se vean buenos apoyos, al principio no los hay).

Ambas fotos de Rafa:












-- Queda poca cuerda Pablo – le avisamos antes de agotar los 20m que hemos dejado de distancia.

-- Vale ,vale- responde con tranquilidad, dando a entender que está en buena posición.

Mientras espero su señal, intento visualizar cuáles van a ser mis primeros pasos: primero meto el piolet izquierdo en ese agujero, luego el derecho en ese otro. El pie izquierdo ahí, a ver si estirándome un poco llego a ese cazo para mano izquierda …

-- ¡Venga, dale!

Y con la tranquilidad que da el llevar la cuerda por arriba, resuelvo los primeros pasos sorprendentemente bien, hasta que, para mi sorpresa, entro en una zona más mixta y vertical donde la nieve oculta las presas, pero no ofrece agarre suficiente para los piolets.

-- ¡Mieeeerda! – caigo pero apenas me muevo unos centímetros. Pablo me lleva con la cuerda tensa.
Si hubiera ido de primero, habría caído varios metros, fácil 10-12 metros. Esto nunca me había pasado en montaña. Soy un cagao para ir de primero, pero hasta ahora siempre había resuelto bien de segundo. Supongo que eso quiere decir que estoy al límite de mis facultades.

Justo en este tramo de la foto: la mano izquierda puede ayudarse del saliente rocoso, pero tal como está intentando Rafa, el piolet derecho no agarra en la nieve suelta y ya vapuleada por todos los que han pasado anteriormente. La mancha que tiene enfrente no es hielo (ojalá) sino roca pulida.







Menos mal que Pablo había montado una señora reunión con 2 friends y un fisurero…(foto de Rafa)





Con el equilibrio que da la cuerda por arriba, supero el paso al segundo intento sin mayor problema, pero aún así, me pregunto a mí mismo:”¿por qué cojones no has echao siquiera un puto cordino al arnés?”


Lección número tres:  por lo que poco que pesa, y el marrón del que te puede sacar, bien vale la pena llevar un tiblock encima…

….O un par de cordinos con mosquetones de seguridad en su defecto…

Se da la casualidad de que justo dos días antes, el jueves 29-M, Paco me estuvo enseñando a progresar con un par de Marchard, aprovechando un descanso entre escalada y escalada de los peques.







Aquí el detalle del tinglao:







Para Paco y Miguelón, que estos días estarán atravesando varios glaciares en Alpes, estas técnicas son indispensables. Para todos los demás como el moi, aunque sólo pisemos montaña de Pascuas a Ramos, pienso que bien vale la pena haber invertido un par de horitas en practicar.


Desde la estupenda reunión que Pablo había preparado, apenas restan ya 6m de escalada para salir de la zona de roca. Justo pasado el resalte que se aprecia en la foto, se entra en pala de nieve.






Este tramo es ya más fácil, pero aún así requiere un último tironcete.


Esta vez Pablo ha preparado una reunión triangulada con 2 piolets, así que para no quedarnos los 2 en la precaria repisa, me indica que es mejor que me desencorde y tire parriba, mientras él recupera a Rafa.







A partir de ahí ya no queda ninguna dificultad. Se trata de una pala de nieve con mucha huella que va perdiendo inclinación.






Cuando salimos al Hombro del Perdido, nos damos cuenta de que están entrando nubes desde el Valle de Ordesa.







-- ¡Mierda! Nos vamos a perder todas las vistas.

-- Pues son la ostia, de lo mejorcito que he visto – apunto para darles un poco de envidia ;-)






Apuramos los últimos metros hasta la cumbre, y nos conformamos con entrever la característica forma de U de Ordesa , Punta Tobacor, Soum de Ramond…


-- Me parece a mí que le van a dar al Cilindro, ¿eh? – dejo caer.
-- Hombre, por allí parece que despeja…Además, lo bueno es que no hace nada de viento.
-- ¿Tu qué pasa? ¿Qué vas de Maldonado por la vida?








Decidimos bajar toda la Escupidera hasta el Lago Helado y decidir allí.


-- Pos vaya con la Escupidera…Yo creía que era más chungo esto – comenta Rafa, que la subió en verano.

-- Hombre, con tol huellón que tenemos, se baja bien. Pero esto con nieve dura, tiene que acojonar. De todas maneras, sin nieve como la subiste tu, tiene que ser una pedrera de cagarse, ¿no? – y yo, por si acaso, sigo bajando a paso tortuga, clavando bien el piolet, que 60 y pico muertos no es ninguna broma.

Foto de Rafa:






-- Oyes, que si vamos a tirar pal Cuello no hace falta seguir bajando más. Podemos seguir esas huellas para no perder altura- comento- Que yo esto no lo veo que vaya a despejar mucho…

-- Vamos hasta el Lago, picamos algo, y decidimos.






Así que bajamos hasta el Lago Helado.


-- Mira, mira la cumbre del Cilindro. ¿Ves como está despejada? Esas nubes yo creo que no se van a mover de ahí. 








Hora de tomar decisiones mientras picamos algo y nos hidratamos.


Foto de Rafa:








Los tres queremos hacer el Cilindro. Lo tenemos ahí mismo. Incluso si nos cae algo de agua encima estamos dispuestos a pagar ese precio. Pero la decisión va un poco más allá: se trata de decidir si emprendemos el regreso, o pasamos otra noche en la tienda.


-- Sabemos que la previsión es de lluvias por la tarde. Lo que me preocupa es que si pasamos otra noche en la tienda, mañana podamos encontrar la bajada por el embudo en malas condiciones – comento.

-- Son las 14:30. En dos horas hemos subido y bajado. En otras 2 horas yo creo que llegamos a la tienda. Si lo vemos chungo, podemos recoger, pasar el embudo, y sobar en algún sitio de bajada, quizá en el abrevadero que vimos.

Dos votos contra uno. Subimos al Cilindro a pesar de que están empezando a caer “bolitas blancas” del cielo.


Lección número cuatro: Si empiezan a caer gotas, quizá lo más prudente sea retirarse a tiempo. Si las precipitaciones son sólidas como en este caso, ya ni te cuento. Intenta tomar todas las referencias visuales posibles, porque puede que te veas metido en una ventisca, y con visibilidad reducida, y las huellas cada vez más difusas…chungo.

Según vamos subiendo la pala al Cilindro, las “bolitas blancas” empiezan a ser cada vez más frecuentes. Pero pese al cansancio, vamos a bastante buen ritmo, y eso nos anima.











En unos 25 minutillos ya estamos a pie de la chimenea. Algo se comenta de subirla a pelo para ganar tiempo, pero yo ahí me doy mus. Si subo, subo atao. Si no, les espero ahí. La verdad es que preparando las cosas en casa, había pensado la posibilidad de subir de primero. Pero cuando llego allí, no veo la entrada con buena pinta. Echo en falta algún apoyo para pie derecho, y además de lo mojada que está la roca, tiene más pinta de III que de II. La reciente caída en el segundo corredor de la Norte termina de desanimarme, así que me alegro cuando veo que Pablo ya está manos a la obra y acaba de meter un friend en la ancha fisura a mano derecha.










Monta reunión en los 2 parabolt marcados en rojo a mita de chimenea, y desde ahí al final le hace el relevo Rafa. La segunda parte está más tumbada, pero tiene también un paso feote que, como digo, para mi gusto no es un II como comenta Lora en el “50 ascensiones clásicas”. Por cierto, de lo que comenta de la cuerda fija instalada, ni rastro.






A partir de ahí, aún queda recorrer una larga arista, bastante ancha, pero con algún paso que, aunque fácil, despierta la parte más gallinacea de mi ser, y que me hace dudar si continuar la marcha.




¡Venga ánimo! Sólo un par de pasos de sacar un poco el culete…(foto de Rafa)






….Luego una pequeña crestilla en nieve…







Y ya estamos en la pala cimera.


Fijarse que estos 2 piraos han cruzado sin crampones. Yo no digo ná... Es cierto que yo he estado machacando puntas en toda la parte rocosa de la cresta, pero ahora quién va más tranquilo, ¡eh eh eh!

-- Joder, cada vez cae más. Anda, sácame una foto rápida contra la escupidera y vamos a la cima (foto de Pablo)





Fijarse en las “bolitas blancas” como se van acumulando en la mochila mientras calza crampones.







-- ¿Estás haciendo tu ese ruido Rafa? - pregunto

-- ¿Qué ruido tio?
-- Joder ,¿no lo oyes? Nunca lo había escuchado…
-- Sí es verdad, es un poco raro…

Parece como si fuera el tejido de la chupa... Jugamos a mover las capuchas o los brazos, y como el ruido a “radio mal sintonizada” va y viene.

--Cómo mola,¿no?


Entonces noto como se me erizan los pelillos de la nariz, y caigo en la cuenta, estúpidos de nosotros:

-- ¡Ostias tio! Ya sé lo que es: ¡ELECTRICIDAD ESTÁTICA!

Nos dejamos de gilipolleces y salimos pitando de la cima. Estamos a 3325m , en lo más alto de un pico, en medio de una tormenta eléctrica, y somos el blanco perfecto para atraer un rayo.

¡Brrrummmm! Comienzan a sonar los truenos.

-- ¡Fuera todos los hierros! – grita Pablo

-- ¿Qué? – pregunto debido a mi exasperante sordera

-- ¡Qué te quites los crampones y dejes lejos los piolets y la mochila coño!

¡Joder! Esto va en serio. Nos deshacemos de todos los trastos y nos colocamos en cuclillas bajo un pequeño desplome.

-- ¡Ostiassss! – grito al ver un fogonazo sobre nuestras cabezas mientras caigo en la cuenta de que llevo puesto el arnés con unas lindas hebillas metálicas.

-- ¿Estas bien? – me pregunta Pablo.

-- Sí, sí. Sólo ha sido el susto.

También tengo la cámara encima, pero no quiero moverme un ápice. Está granizando cada vez más, y tengo miedo a resbalar por la pequeña pendiente cubierta de bolitas en la que nos encontramos agazapados. Además, es casi imposible deshacerse de todo lo que pueda tener alguna parte de metal. ¿Te fijaste en las lindas hebillas de las polainas? ¿También te vas a quitar las botas con esos hermosos ojales para los cordones?

Rafa intenta cronometrar el tiempo entre truenos y relámpagos, para intentar saber cuando pueda estar alejándose la tormenta. Así pasamos cerca de ¾ de hora, aguantando la granizada en silencio, cada uno con sus pensamientos, con el cuerpo cada vez más frío, deseando que pare de caer de una puta vez.


Lección número cinco: Si alguna vez escuchas un ruido como de radio mal sintonizada, no sigas subiendo.¡Baja cagando leches!


¿Qué hacemos?

Me asusta la idea de tener que cruzar la cresta sin crampones, con los piolets encima, pero más me asusta la idea de que se nos pueda echar la noche encima, aunque tengamos las chaquetas de pluma en la mochila. Aún no hace viento, pero la temperatura comenzará a descender en cualquier momento.

-- ¿Tu qué opinas?
-- Yo creo que son casi las 6 de la tarde, que tenemos casi el tiempo justo para volver a la tienda, y que hoy oscurecerá antes. Esto no tiene pinta de parar, así que mejor movernos ya.

Los tres estamos de acuerdo. Guardamos todo el material dentro de las mochilas con la ilusión de que eso pueda servir de algo, y emprendemos el regreso a toda ostia. Le pido a Rafa que no se aleje demasiado, en el par de pasos de sacar el culete de la cresta, pero desde luego la tormenta es un buen aliciente para no pensárselo demasiado.

Estos ni siquiera sacan la cesta para rapelar la chimenea. Rafa se la pasa alrededor del cuerpo, y Pablo desciende a pulso. Yo prefiero sacar la cesta, total llevo el arnés puesto…
En la rampa de nieve, bajamos igualmente sin crampones, y aunque está blanda y hay huella, les pido que me esperen cada vez que creo que les puedo perder de vista. Soy el más débil del grupo y les obligo a ir más lentos. Eso les exaspera, soy consciente. De igual manera que supongo que ellos son conscientes de que nos podíamos haber ahorrado toda la historieta, si hubiéramos emprendido el regreso al bajar de la Escupidera, como yo había propuesto…Así es la montaña. Nadie te obliga a venir. Las decisiones se toman en grupo, y el grupo debe ayudarse en los momentos difíciles

Lección número seis: Los reproches no sirven de nada. El compañerismo lo es todo.


Estamos en algún punto cerca del Lago Helado, pero nos cuesta adivinar el camino hacia el Cuello. Afortunadamente, encontramos huellas algo más adelante, y justo cuando sólo podemos entrever el murallón rocoso frente a nosotros, se abre un claro como abierto por mano divina, y nos permite ver el paso.

¡Yuju! Como comentaría Rafa, sólo faltaba el triangulito con el ojo encima.

Pero aún no respiramos tranquilos…En lo alto del collado, volvemos a escuchar el zumbido de la estática. Es como en el remake de La Guerra de los Mundos, cuando sonaban las sirenas y Tom Cruise echaba a correr. La señal de que algo malo puede pasar.

-- Venga, venga, vámonos de aquí.

Encontramos mucha huella profunda después de un par de titubeos, y la sonrisa comienza a aflorar en los rostros…Hasta que llegamos al paso clave, y no vemos bien la instalación de rappel.

Rafa se asoma y comenta la posibilidad de bajar de espaldas con los 2 piolos.

-- Tiene un resalte vertical, pero si caes vas a para a esa hoya, no hay peligro.

¡Joder! Todavía no se puede relajar uno. Pablo me presta uno de sus piolets técnicos y se queda con el mio de travesía. Hay un resalte vertical, y aunque es corto y puede que Rafa tenga razón, no quiero caerme. No te vas a matar, pero en las condiciones en que estamos, tan sólo una torcedura de tobillo, cuando menos, asegura una noche toledana…

-- Tienes que bajar más los piolets- me indica Pablo- Bájalos más, mucho más, a la altura de las rodillas. Clava bien y luego patadón con los crampones.

En ese momento me doy cuenta de que lo muy cansado que estoy. Llevamos más de 9 horas de actividad, contando con todo el tiempo que tuvimos que esperar para entrar en el segundo corredor de la Norte, y aunque otras veces hemos echado más tiempo pateando, creo que los nervios, el frío y lo poco que hemos comido y bebido (1 sandwich y 1 barrita), me está pasando factura.

-- ¡Venga vamos!

Y tanto clava su piolet, ¡que me roba más energías sacarlo que introducirlo!

Foto de Rafa:




Ahora sí, ya podemos relajarnos. Tan sólo nos queda seguir el mar de huellas hasta nuestra solitaria tienda (por supuesto todos los demás sabiamente han bajado ya), donde sabemos que unos fideos chinos y el calor de nuestros sacos de pluma, nos dejará como nuevos.

Es posible que nos espere una noche de tormenta, y es posible que si sigue granizando mañana el embudo pueda estar en malas condiciones. Pero por ahora, sólo queremos comer algo caliente y descansar un poco. Aunque el cielo está completamente cubierto, parece que hacia el valle de Pineta está algo más calmado que por Ordesa. Nuestra baza es madrugar para intentar encontrarnos la nieve con costra.

Día 3

Amanece totalmente cubierto, pero parece que no ha caído mucho durante la noche.
Recogemos todo rápido, una taza caliente de té, y para abajo. No hay tiempo que perder.




Necesitamos calzar crampones y piolet para bajar el embudo. Da igual si hay peligro de tormenta o no.
Han dormido a una distancia prudencial de nosotros, pero ahora los necesitamos para progresar.

El embudo lo encontramos con mucha huella, pero a veces es casi mejor salirse porque está demasiado pisada. Así que vamos alternando tramos de huella abierta, con tramos de hundir talones.

A medida que el tiempo pasa, el día parece abrirse. Sólo restan unos pequeños neveros y algún paso por zona de roca, y por fin podremos relajarnos por completo.




Llegamos al coche alrededor de las 12. La verdad que hemos bajado a bastante buen paso, en unas 3 horas. Allí soltamos nervios y empezamos a bromear, como es habitual: Que si vaya mierda de polla que tienes, pues anda que tu vaya canillas, tronco no te pongas esos gayumbos que me ponen…Lo de siempre, vamos.

Un par de cervezas, unos buenos huevos fritos con chorizo, y la pregunta del millón no tarda en llegar:

-- Bueno, y entonces lo del Vignemale, ¿para cuándo?