Este relato debería comenzar con fotos muy parecidas
a las de mi última salida
al Taillón, recorriendo de nuevo el camino hacia el
Puerto de Bujaruelo.
Sin embargo, en la montaña muchas veces los planes
no salen como uno espera …
Para este verano habíamos hablado de la posibilidad
de ir a Ecrins. Yo había pillado la miniguía “Alpinismo fácil en Ecrins” de
Desnivel , y mi mente había fantaseado con subir mi primer 4.000. El Dôme de Neige
parecía un buen candidato. No era el más bonito, pero sí uno de los más bajitos
(4015m), y con buenas vistas. Ideal para saber qué tal responde la patata de un
tio operado 2 veces de un Ductus Arterioso Persistente en deplorable estado de
forma física, más razonable que subir a los 4810m del Mont Blanc …
Pero al final la falta de quorum y otros detalles
hicieron olvidar aquella posibilidad, y en su lugar se acordó viajar a Pirineos
con la intención de coleccionar todos los 3000 de la Corona de Vignemale, y
todos los del macizo del Monte Perdido… Ahí es ná.
Julio ha resultado un mes muy duro en el curro y a
nivel personal. Obligado a cubrir vacaciones de otros compañeros, no podía unirme
a los compis en el comienzo de la
aventura hasta el miércoles 25 , en lugar de salir con ellos el lunes 23. Mejor
así: ellos aprovecharían para hacer la zona del Vignemale , empezando por el
Tapou, y yo me libraría de unas cuantas trepadas de las de apretar el esfínter.
Todos nos reuniríamos el miércoles por la tarde en el Puerto de Bujaruelo,
sobaríamos juntos, y de allí el jueves a Gabietos, Taillón, Casco, Torre….
Hasta los Astazus, pasando por el temible Dedo del Perdido. Un señor palizón,
puesto que además de material para vivaquear, era necesario portear cuerdas y
demás material de escalada…
A medida que se acercaba la fecha, mi cuerpo me
hablaba y me decía: “Pero ande vas, alma de Dios. Si estás hecho una
piltrafilla. No entrenas ná de ná y estás tol día tirao en las terrazas
cerveceando como un cerdo. Que estos están hechos unos animales, y al que no le
da por tirarse 4 horas corriendo cuesta arriba, le da por tirarse 18h en BTT”. Pufff…Si es que con el calor de Madrid no
apetece ná macho. Así que el sábado 28 llamo a Paco el profe y le digo que no
lo veo muy claro…
Además, ¡que no tengo botas de verano tu! O voy con
las Bestard de invierno, o con mis
livianas zapas 5.10 (no son las Camp Four, sino otras con tejido de rejilla).
Pero el lunes
, me llaman desde la furgo, y venga que
sí, que voy . Sea la voluntad del señor …
Así que compro unas botas a prisa y corriendo el
mismo miércoles de camino, y cuando llego a Bujaruelo creo que con las prisas
he pillado un número demasiado pequeño…Que si me las pongo , que si me las
quito, que si venga ya y vamos parriba de una puta vez que no llego… Y ¡zas!
¡ME CAGO EN LA OSTIA PUTA !
No puede ser, no puede ser. Tanteo mis bolsillos, busco en la hierba, registro
la seta de la mochila…. ¡NOOOOOOOOO! ¡Me he dejado las putas llaves del coche
dentro del maletero!
Intento forzar el coche, incluso con ayuda de la
llave de otro hombre que tiene un modelo parecido, pero nada. No hay cobertura
con el móvil. Pruebo a subir un poco , sé que en el Puerto hay cobertura de
operador francés. Pero nada. Mejor bajo a ver si en el mesón hay teléfono público. Allí me dicen que
el teléfono es privado, via satélite, y que las llamadas son muy caras. Da
igual. Quiero llamar al seguro y que venga alguien a solucionarme la papeleta.
Romper un cristal como me proponen algunas personas no me apetece nada. Además,
las puertas traseras van preparadas para
que no se puedan abrir por dentro. Y desde luego no voy a dejar el coche 4 días
con el cristal del conductor o del copiloto roto.
Así que por fin, a las 8 y pico, aparece el tal
Mariano de Broto, muy conocido por varios de los allí presentes, y en cuestión
de 5 minutillos abre el coche ante mi atónita mirada.
¡Uffff qué alivio! Problema solucionado.
Ahora es momento de tomar decisiones. Son casi las
21:00, por muy rápido que logre subir al Puerto, no tardaré menos de 2 horas.
Se me haría de noche en el camino…No sé si éstos se habrán quedado a dormir en
el propio puerto, o habrán bajado en coche a Gavarnie, o al contrario: habrán tirado
a vivaquear más hacia La
Brecha. Podría intentar madrugar, y quizá alcanzarlos en La Brecha mientras hacen los
Gabietos…Pero en caso de no lozalizarlos, no me apetece nada deambular solo por
Ordesa. Y además, el viernes por la tarde hay pronóstico de tormentas fuertes…
Así que decido quedarme a dormir en el camping, y
continuar al día siguiente mi viaje en solitario por el Valle de Tena, zona más
“amable” y que conozco algo mejor, donde tengo algunos “asuntillos” pendientes:
el jueves, que es el día con mejor previsión, intentaré subir a La Gran Facha , que desde La Sarra requiere de unas 10h
de pateo. El Viernes, al Anayet, que tiene poca aproximación y se puede hacer
bien en una mañana. Y el sábado, Bisaurín y las ferratas de Lizara y Selva de
Oza alquilando el material en el propio refugio de Lizara. Bueno, no está mal …
No tiene nada que ver con el rosario de 3000 que van a coleccionar mis amigos,
pero puedo aprovechar para tachar 3 del “50 Ascensiones Clásicas” del Lora.
Veremos en que queda la cosa …
Jueves 26 de Julio – Intento a la Gran Facha
Abandono el camping bien temprano, refrenando mi sed
de venganza hacia los mocosos de los
campamentos que me mantuvieron despierto más de lo que mi cansado cuerpo podía
soportar, y emprendo la marcha hacia Sallent de Gállego.
En la carretera, comienzo a ver las cunetas tomadas
no sólo por furgonetas, sino por tiendas de campaña montadas allí mismo :-0
¡Toda una legión de perroflautas ha tomado Sallent
con ocasión del concierto de Manu Chao! Más de 5000 personas acudieron al que,
sin duda, ha sido el evento del verano en el Valle de Tena.
Cuando llego a la Sarra , me encuentro otra legión, esta vez de
turistas de Toledo, camino de los Ibones de Arriel
Una señora me confunde con un miembro de su grupo y
me pide disculpas, a lo cual respondo que yo soy muy sociable, y le doy algo de
palique. Ella misma me anima a aligerar
el paso y adelantarlos, y la verdad, este camino es para disrutarlo en
silencio, escuchando el murmullo del agua correr, el sonido de los pájaros …
La aproximación a Respumoso es muy bonita y cómoda.
Y además, la estampa del refugio al pie del embalse, con el Llena Cantal
presidiendo, una de mis preferidas de Pirineos.
Miro con nostalgia la praderita del Ibón de las
Ranas donde vivaqueé en Junio
del año pasado, también en una salida en solitario donde tuve
que ir improvisando ante una repentina cancelación de última hora al Vignemale.
Hay bastantes señales hacia el Collado de Tebarray,
uno de los pasos habituales del GR-11, pero no tantos para La Gran Facha , así que
conviene ir bien atentos si, como yo, ni conoces el camino ni llevas mapa.
Tengo claro ,por lo que recuerdo de las reseñas en
Internet, que hay que pasar por el embalse de Campoplano.
Después, es cuestión de no despistarse demasiado...
...Preguntar si tienes oportunidad, aunque no te hagan mucho caso como éstos a mí ...
...Y ya teniendo el objetivo a la vista, pues todo resulta
mucho más fácil.
Cuando llego
al Collado, la cresta se presenta ancha y poco vertical, poco definida.
Una pareja me advirtió que lo más fácil era por el camino de la derecha, así
que comienzo a ganar altura siguiendo una de las muchas hileras de hitos,
disfrutando de las vistas que se van abriendo… pero sin perder de vista los
nubarrones que se ciernen sobre la cima.
Dudo sin continuar o no, al oscurecerse cada vez más
el cielo.
Entonces veo que otro chico sigue mis pasos y le pregunto cómo lo ve.
- --Guat du yu cin? Better go up, or
better go down?
No hace falta
que me responda. Justo en ese momento comienza a granizar…¡en pleno julio!
---- I think it´s better go down!
- --Me too! – ¡Mira éste!
Así que
bajamos los dos bien deprisa…
La cosa no
dura mucho, y un grupo de 4 decide tirar parriba. ¿Me uno a ellos? ¡Ummm! No lo
termino de ver claro. Parece que las nubes pueden volver a descargar en
cualquier momento. Incluso llevando mi chupa anti-tormentas, prefiero no arriesgar …Me conformaré con estas estupendas vistas a mitad de cresta.
Al llegar
abajo, bromeo a los colegas de mi
acompañante :
-We muste tell you guan thing: From today I will be
you new friend and he will live in Spain .
Se quedan con
cara de decir “¿Y este gilipollas de dónde ha salido?”. Normal.
Este primer
fracaso, me da qué pensar…Dudo si quedarme a dormir en el refugio para volver a
intentarlo al día siguiente, o mejor tiro para el Anayet como había previsto.
Pienso que éste último puede ser una opción más rápida, así que decido asegurar
tantos y bajar hasta el coche para dormir en el cercano refugio de Panticosa.
Así que ale,
a deshacer el camino.
Nubes y
claros, nubes y claros …Igual he hecho el canelo…
Le den. Me
voy a Casa de Piedra a inflarme a cerveza, donde puedes sentarte a gusto en las
sillas de plástico de fuera, y ver cosas curiosas como a un pollo sufriendo al
andar descalzo sobre la gravilla
- --Tio,
que la noche de San Juan ya se ha pasado – le digo
- --Je
je je. Es que tengo los pies hechos polvo, a ver si esto me relaja un poco.
Un día me van
a soltar una ostia por bocazas, está claro …
Viernes 27 de Julio –Vértice y
Anayet
Me levanto
prontito algo avergonzado por la noche de “truenos” que les he dao a la pareja
de guiris que han dormido a mi lado, desayuno forzándome todo lo que puedo, y
cojo el coche hasta Formigal, donde un estupendo cartel me saca de dudas sobre
cuál será el parking correcto para comenzar mi ruta.
Ta claro
,¿no?
¡Banqueros y demás chupasangres, cuidadín que asoma el sol!
Chico, yo comprendo que todos queremos nieve en invierno, pero que quieres que te diga…
Justo al final de las instalaciones de la estación de ski, se encuentra un cartel que indica el camino hacia los Ibones:
El camino
durante todo el barranco está muy pisado, tiene marcas rojiblancas del GR, y el
desnivel no presenta grandes repechos, así que se sigue muy bien.
No sé si para
bien o para mal, pero el objetivo sólo se muestra visible cuando llegamos a los
Ibones. Para alguien que no haya estado nunca, seguro que es una buena
sorpresa. Para todos en general, una bellísima estampa, ya sea dirigiendo la
mirada hacia el Anayet y su Vértice:
O bien hacia
el Midi:
Los tios se están preparando para el Mont Blanc y llevan una semana de mucho tute, pero por fortuna para mí, se adaptan a mi ritmo para que les pueda acompañar, y el paso no resulta tan temible de cerca. De hecho, incluso de subida da la impresión de que sobra mucha cadena. Será de bajada cuando más se agradezca, pero aún así, creo que con un cable de vida tipo ferrata, o mejor aún con una serie de parabolts para asegurar o montar un pasamanos, se hubiera podido montar una solución más limpia y emocionante (la segunda foto es de bajada, de ahí la diferencia de luz entre ambas fotos).
Pasado este tramo, se enfila una pequeña sendita que conduce a “una canal herbosa con algún paso de II” según recordaba de la descripción, y que pensaba que podría resultar algo más resbaladiza o expuesta, pero que sinceramente, se hace muy fácil y sin el patio que esperaba.
Así que, mucho más fácil y rápido de lo que pensaba, nos presentamos en la cumbre del Anayet, donde encontraremos un cuadernito de Barbie metido en un tupper a modo de buzón, para dejar constancia “civilizada” de nuestro paso por allí. Aprovecho para dejar una nota pidiendo disculpas a mis amigos del Candas por el incidente de las llaves y dejarles colgaos, y me lio a sacar fotos de las bellas vistas.
La bajada no presenta tampoco ningún problema, aunque es cierto que ahora es cuando se valora la cadena, especialmente en el último paso, que es el más vertical de la travesia.
Los amigos de Vitoria llevan mucho tute en el cuerpo ya, y quieren llegar temprano a casa, así que nos despedimos no sin antes intercambiar direcciones de emai, y después me dirijo hacia el Vértice pisando esa tierra de color rojo que tanto le caracteriza y que parece sacada de un decorado de “Desafio Total” (la primera, la del Chuarchenaguer, que la segunda aún no la he visto).
A pesar de tratarse de una cumbre muy sencilla, las vistas desde ella son igualmente hermosas, permitiendo retratar a la vez las que quizá sean las cumbres de origen volcánico más famosas de todo el Pirneos: Midi y Anayet.
Si yo tuviera algo de sangre montañera de verdad, me lanzaría sin pensarlo a seguir toda la “senda crestera” que desde aquí se aprecia...
Aquí un cutre punteado con la ruta que creo hemos seguido en el ascenso al
Anayet. En azúl, el paso de la sirga.
En el camino de vuelta me cruzo con bastante gente, muchos de ellos seguramente espectadores del concierto de Manu Chao, a juzgar por su aspecto más urbanita que montañero. Todo bien, la montaña es para todos…siempre que se tenga el debido cuidado y tengamos muy presente la fragilidad del entorno que visitamos.
De camino a Lizara, recuerdo que hace no mucho se ha abierto una pequeña ferrata en Escarrilla, así que aprovecho mi paso por allí para hacerle una visitilla. (¡atención al pareado! Je je je). No me he traído el disipador, pero tal como reza el cartel a pie de las vías, se trata de una via muy sencilla, pensada para autoformación.
Así que hago un apaño con una cinta plana, y parriba.
Me pongo a ojear algunas revistas atrasadas para hacer tiempo hasta la cena, y de repente cae una buena tromba de agua acompañada de fuertes ráfagas de viento.
Tonto de mí, no recordé el refugio de Oldecua la tarde anterior. Hubiera podido ser una buena alternativa entre aguantar la tormenta en el igloo de los chinos o dormir en el refugio…
Aunque por dentro la verdad es que está bastante descuidada y yo creo que da más miedo que dormir en una tienda…
Sigo remontando el barranco siguiendo las marcas amarilla y verde...
.... Y mucho más arriba, muy cerca ya dela Plana Mistresa , se
encuentra otro refugio libre, la
Cabaña de los Forestales, que igualmente hubiera podido ser
una alternativa, pero cuyo interior está tanto o más sucio que el de Oldecua.
Al llegar ala Plana Mistresa
recuerdo, por lo que leí en esta magnífica reseña de The
South Face, que comentaba algo de girar a la izquierda
antes de llegar al collado de Secús. Así que, empecinado en esa idea, y
confundido también por un camino que se va difuminando en una pedrera donde ya
no sé qué son hitos y qué son simples desprendimientos, llego a pie de una
canal que no me da nada de buen rollo.
Está claro que he metido la pata: desde lo alto se aprecia un camino bien pisado que discurre por la margen derecha del riachuelo. Pero para asegurarme, decido adoptar la misma táctica que ayer en Collado de Anayet: hacer algo de tiempo y esperar a que venga alguien a quien acoplarme.
En
seguida les tenemos encima, y preguntan por el punto del desvio.
Marchamos juntos algunos metros, pero en seguida se empiezan a descolgar de nuevo, dejándonos atrás.
Y al poco, por fin, la anchísima cresta cimera, que según tengo entendido, en invierno muestra bellas cornisas.
-¡Zoroniak! – exclamo como me enseñaron Pablo y Fermín el día anterior.
-¡Eskerrik asko!- responden sorprendidos
Picoteamos algo juntos, y por supuesto, hago muchas fotos. A pesar de tratarse de una cima tan sencilla, muestra unas vistas de infarto, aún más bellas con las nubes que nos acompañan.
Cuando
terminamos de picar, emprendemos el descenso entre toda una legión de
montañeros que suben desde Lizara.
Sin duda otro
de mis rincones preferidos del Pirineo del que guardo buen recuerdo de mi primera salida en solitario.
Continúo mi
camino hacia el colladito de tierra roja que separa el Anayet del Vértice:
Y como buen
cagueta que es uno, intento vislumbrar, sin éxito, el famoso tramo de la sirga.
Por fortuna,
no tardan en presentarse dos montañeros de Vitoria, Pablo y Fermín, a lo cuales
por supuesto no tardo en acoplarme…
Los tios se están preparando para el Mont Blanc y llevan una semana de mucho tute, pero por fortuna para mí, se adaptan a mi ritmo para que les pueda acompañar, y el paso no resulta tan temible de cerca. De hecho, incluso de subida da la impresión de que sobra mucha cadena. Será de bajada cuando más se agradezca, pero aún así, creo que con un cable de vida tipo ferrata, o mejor aún con una serie de parabolts para asegurar o montar un pasamanos, se hubiera podido montar una solución más limpia y emocionante (la segunda foto es de bajada, de ahí la diferencia de luz entre ambas fotos).
Pasado este tramo, se enfila una pequeña sendita que conduce a “una canal herbosa con algún paso de II” según recordaba de la descripción, y que pensaba que podría resultar algo más resbaladiza o expuesta, pero que sinceramente, se hace muy fácil y sin el patio que esperaba.
Así que, mucho más fácil y rápido de lo que pensaba, nos presentamos en la cumbre del Anayet, donde encontraremos un cuadernito de Barbie metido en un tupper a modo de buzón, para dejar constancia “civilizada” de nuestro paso por allí. Aprovecho para dejar una nota pidiendo disculpas a mis amigos del Candas por el incidente de las llaves y dejarles colgaos, y me lio a sacar fotos de las bellas vistas.
La bajada no presenta tampoco ningún problema, aunque es cierto que ahora es cuando se valora la cadena, especialmente en el último paso, que es el más vertical de la travesia.
Los amigos de Vitoria llevan mucho tute en el cuerpo ya, y quieren llegar temprano a casa, así que nos despedimos no sin antes intercambiar direcciones de emai, y después me dirijo hacia el Vértice pisando esa tierra de color rojo que tanto le caracteriza y que parece sacada de un decorado de “Desafio Total” (la primera, la del Chuarchenaguer, que la segunda aún no la he visto).
¡Yeeeje Yeeeje!
¡Jia Jia!
¡Ohhhh ohhhh!
No veas si
tienen morro los jamelgos estos como se acercaban a oler el fuet… (foto de
bajada)
A pesar de tratarse de una cumbre muy sencilla, las vistas desde ella son igualmente hermosas, permitiendo retratar a la vez las que quizá sean las cumbres de origen volcánico más famosas de todo el Pirneos: Midi y Anayet.
Si yo tuviera algo de sangre montañera de verdad, me lanzaría sin pensarlo a seguir toda la “senda crestera” que desde aquí se aprecia...
....Pero como no
el caso y estoy hecho todo un perrote, doy media vuelta y me vuelvo por donde
he venido. Prefiero llegar pronto a Lizara y encaminarme a la Plana Mistresa para
pernoctar.
En el camino de vuelta me cruzo con bastante gente, muchos de ellos seguramente espectadores del concierto de Manu Chao, a juzgar por su aspecto más urbanita que montañero. Todo bien, la montaña es para todos…siempre que se tenga el debido cuidado y tengamos muy presente la fragilidad del entorno que visitamos.
De camino a Lizara, recuerdo que hace no mucho se ha abierto una pequeña ferrata en Escarrilla, así que aprovecho mi paso por allí para hacerle una visitilla. (¡atención al pareado! Je je je). No me he traído el disipador, pero tal como reza el cartel a pie de las vías, se trata de una via muy sencilla, pensada para autoformación.
Así que hago un apaño con una cinta plana, y parriba.
Realmente es
muy sencilla. Su propósito es el que es, que nadie espere más. Está totalmente
enfocada a la enseñanza y vendrá de perlas para llevar a alguien sin
experiencia. Pero sólo eso. Si se hubiera pretendido un recorrido más deportivo,
se hubiera utilizado alguna otra de las impresionantes paredes que rodean
Escarrilla.
Tras cerca de
una hora y media de coche, con algún tramo de pista en obras y otros muchos a
los que no les vendría nada mal, llego al bonito refugio de Lizara.
Lo primero
que hago es, por supuesto, meterme un par de cervezas pal cuerpo. No es Mahou,
pero la verdad que aquí sirven la
Ambar bien fresquita y entra que te cagas con mi bolsita de
frutos secos. Entre trago y trago, observo como las nubes se van oscureciendo
cada vez más, recordando la última previsión que leí en el camping de
Bujaruelo: tormentas fuertes.
Así que
decido quedarme a cenar y sobar en el refugio, que para mí sorpresa no sólo no está
muy lleno (esperaba encontrarlo abarrotado siendo viernes de verano, teniendo
un acceso tan cómodo, y ser parte del recorrido de la Senda Camille ), sino
que además me dan una habitación para mí solito. Pero calla calla, que eso no
es todo. Que esto más que un refugio parece un hotel, y encima tengo cuarto de
baño dentro con ducha de agua caliente. ¡Esto es el Palace de los refugios tú!
Así que aunque yo aguanto perfectamente taytantos días sin ducharme ni
cambiarme de calzones, ya que tengo la oportunidad, la aprovecho y me quedo
como Dios.
Me pongo a ojear algunas revistas atrasadas para hacer tiempo hasta la cena, y de repente cae una buena tromba de agua acompañada de fuertes ráfagas de viento.
Espero que
mis amigos estén bien a cubierto, porque esto metido en una simple funda de
vivac, no debe molar nada…
Y como buena
tormenta de verano, después de haberse despachado a gusto, se hace la calma
como si aquí no hubiera pasado nada. Sorprendente.
A la hora de
la cena, entablo conversación con dos chicos y una chica de Tarragona.
Hablamos, claro está, sobre todo de montaña. Pero en un momento dado, la
conversación versa sobre la ocupación de cada uno. Y ahí se lio. Resulta que
ambos chicos trabajaban en la
Central de Ascó (no sé cuál), y la chica estaba en contra de
las nucleares. Ellos defendían su puesto de trabajo, alegando que si no otro lo
haría, y ella hablaba de cosas como cánceres infantiles y otros riesgos …Aún
estando totalmente a favor de la chica (Nuclear NO, gracias), decidí intentar
desviar la conversación de nuevo. Se notaba que no era la primera vez que
discrepaban sobre aquel asunto, pero ellos al fin y al cabo son amigos, y yo,
un desconocido.
Sábado 28 de Julio – Circular al Bisaurín
Parece que madrugo más que nadie, y soy el primero
en desayunar en el refugio, con tostadas de las de verdad. No pan tostado de
ese de biscotes, no. Pan, pan del de verdad. De muerte.
Remonto el barranco hacia el Ibón de Estanés
siguiendo unas marcas verde y amarillas, que supongo pertenecen a la Senda Camille , sin
cruzarme con nadie a excepción de un puñado de vacas, a las que saludo
cortésmente.
Tonto de mí, no recordé el refugio de Oldecua la tarde anterior. Hubiera podido ser una buena alternativa entre aguantar la tormenta en el igloo de los chinos o dormir en el refugio…
Aunque por dentro la verdad es que está bastante descuidada y yo creo que da más miedo que dormir en una tienda…
Sigo remontando el barranco siguiendo las marcas amarilla y verde...
.... Y mucho más arriba, muy cerca ya de
Al llegar a
Está claro que he metido la pata: desde lo alto se aprecia un camino bien pisado que discurre por la margen derecha del riachuelo. Pero para asegurarme, decido adoptar la misma táctica que ayer en Collado de Anayet: hacer algo de tiempo y esperar a que venga alguien a quien acoplarme.
Mis nuevos compis de Iruña piensan hacer casi el mismo recorrido, sólo que piensan
completarlo subiendo al Puntal de Secús. Me indican pacá y pallá, y amablemente
les digo que no se molesten, que voy a ir “chupando bota” je je je.
Al
enterarse de que soy de Madrid, me hablan de un amigo suyo, también madrileño,
y de lo muy difícil que le resultaba ligar en Pamplona.
- Sí, si. Es que las tias en Iruña son
supercerradas- comenta uno
- Bueno, también hay que reconocer que nosotros no
nos lo curramos mucho, eh – apunta el otro- ¡Que en seguida nos mamamos y así
no se puede entrar a una tia!
Al echar la vista atrás, vemos que los puntitos que antes
estaban a tomar por saco, cada vez son más grandes
-¡Cagüendios los tios estos! Menudo ritmo llevan –
protesta uno de los pamplonicas
Y la verdad, que parece que van a darnos caza como
en las películas del Oeste.
-¡Tronco qué pasa!. ¿Es que les debéis dinero a esos
tios o qué? – pregunto sorprendido.
Marchamos juntos algunos metros, pero en seguida se empiezan a descolgar de nuevo, dejándonos atrás.
Como los de Iruña parece que van a subir al Puntal
de Secus, y van bastante tranquilos, decido acoplarme al nuevo grupo de Vitoria
(uno de Guipuzkoa, que además era profe de Euskera).
Y los tios, la verdad que iban rapiditos, sí. Por un
momento creí que me iban a perder en esta zona de pedrera, donde hubo un par de
pasos de echar manos que, sin ser nada complicado, ya suponían más que
cualquier paso del Anayet.
Pero por fortuna para mí, uno de ellos me dio conversación mientras subíamos sobre su servicio militar en Madrid. De lo contrario es bien seguro que me hubieran perdido de vista.
Los de Iruña nos dijeron bien claro que fuéramos por
la zona de hierba, pegados a la derecha. Así que, aunque vemos bajar gente por
una pedrera que parece más directa, seguimos las indicaciones recibidas.
Y al poco, por fin, la anchísima cresta cimera, que según tengo entendido, en invierno muestra bellas cornisas.
-¡Zoroniak! – exclamo como me enseñaron Pablo y Fermín el día anterior.
-¡Eskerrik asko!- responden sorprendidos
Picoteamos algo juntos, y por supuesto, hago muchas fotos. A pesar de tratarse de una cima tan sencilla, muestra unas vistas de infarto, aún más bellas con las nubes que nos acompañan.
Alguno se queja del picoteo, y otro, que por lo
visto es cazador, cuenta una anécdota de lo que sí es un mal picoteo: Parece
ser que dos de sus amigos fueron de caza, y no llevaban más que una lata de
tomate frito con una barra de pan (¡te cagas!). Cuando se dispusieron a almorzar,
se dieron cuenta de que no llevaban abrelatas. Entonces uno propuso meterle un
tiro a la lata para hacer un orificio por el que sacar el tomate. Pero la lata
parece ser que reventó más de lo esperado.
-¡Había que ver al otro como salió corriendo a mojar
el pan en el suelo!- se echó a reir
No me da tiempo a despedirme , porque esta vez sí,
me pierden en seguida de vista. Yo bajo muy tranquilo y temeroso de torcer un
tobillo con mis zapatillas, y ellos van dando saltitos como liebres huyendo de
un cazador (del de la lata de tomate por ejemplo, je je je).
Además, que merece la pena entretenerse a disfrutar
de vistas como estas:
Al llegar al Collado de Foratón, encuentro a
bastante gente que dan la impresión de estar haciendo la Senda Camille.
Bastantes son parejas de rostros cansados, que parecen haber perdido hasta el
interés por los arrumacos, lo cual es comprensible después de 6 días de pateo. Si a mí mismo se me
presentase en este momento la Claudia
Chiffer en bikini para dormir en mi tienda de campaña, lo único que le
diría es “¡no ronques eh!”.
Un poquito más, y ya está el refugio ahí mismo
Es bastante temprano aún, y si me doy vidilla puedo
llegar a Madrid justo para disfrutar de la noche de este sábado cerveceando con
la parien y los peques en alguna terracita. Así que, una vez más, se me apodera
la perrería y la mala vida, y dejo para otra ocasión las ferratas de Lizara y
Oza.
Quizá podría regresar a Panticosa e intentar algo fácil como el Algas o
Argualas, pero el cielo cubierto de nubes no anima mucho a quedarse a vivaquear
en Piris, no sea que caiga una como la ayer, y otra noche en refugio tampoco me
apetece mucho, la verdad.
Me voy con el resquemorcillo de la Gran Facha , pero he
disfrutado con el Anayet y Bisaurin…y por supuesto con toda la gente con la que
he entablado conversación y han aguanto de buen rollo mis acoples.
¡Va por ustedes! ;-)
No sabes lo que nos diste de pensar en esos 4 días que estuvimos por Ordesa y no aparecías...........pero bueno, menos mal que buscaste alternativa para disfrutar de las montañas. Un abrazo fuerte y nos vemos pronto.
ResponderEliminarYa me fastidia Miguelón, ya me fastidia...
ResponderEliminar¡Espero poder compensaroslo pronto con una cerveza después de un buen día de montaña!
;-)