martes, 13 de agosto de 2013

Peque-Ruta: Refugio de Vegarredonda

Reconozco que debería sacar más a los peques. Pero el poco tiempo que tiene uno, la poca disposición natural que un crío tiene a andar “per se”, y algo de sobreprotección de un padre celoso, hacen que este año la cosa no haya pasado de lo anecdótico, como el par de flirteos con la cuerda, ya sea en primavera o verano…



….O la salida de todos los años a hacer el muñeco de nieve, que a punto estuvo de no celebrarse, y hubo que recurrir  a las últimas nieves “in extremis” para conseguir el que sin duda habrá sido “muñeco raquítico del año”:


Por eso, aprovechando las vacaciones en tierras Asturianas, había planificado un par de rutillas suaves para irlos acostumbrando: visita al refugio de Vegarredonda, y visita al refugio de Vega de Ario, ambos por sus accesos “normales”. Tenía el referente del año pasado en cuanto a desnivel  y tiempos de la visita a los Ibones de Anayet (unos 700m, unas 5h ida y vuelta), y sabía que más que eso supondría motín a bordo, así que nada de forzar la máquina. Además, Picos no es el mejor sitio para patear, desde mi punto de vista, por lo pedregoso del terreno, lo monótono del paisaje en algunas ocasiones a falta de lagos y bosques,  y la constante amenaza de niebla…

Para llegar al Lago de Enol en verano con el propio vehículo es necesario madrugar un poco, para estar en el Santuario de Covadonga antes de las 08:30 (consultar, ya que puede variar de un año a otro). Si no apetece madrugar, o “da palo” coger el coche por esos caminos, podemos dejarlo en cualquiera de las paradas habilitadas antes de llegar al Santuario, y hacer uso del servicio de minibuses, pero en ese caso, tendremos que sumar algo más de tiempo a la ruta, al tener que recorrer la pista hasta Pan de Carmen a pie. Hayamos llegado como hayamos llegado, la pista sale a la derecha del cartel indicador. O sea, NO se debe seguir por el camino asfaltado más evidente que se ve en la foto, sino tomar la pista de tierra (justo la que no se ve en la foto J ).


Dejaremos el vehículo en el aparcamiento de Pan de Carmen, o nos arrepentiremos en su defecto, y nos dispondremos a seguir las indicaciones del cartel. Muy evidente y sin pérdida. Al poco atravesaremos una zona identificada como “Vega del Huerto” (atentos si no llevamos agua, puede ser una buena oportunidad para llenar cantimploras aunque siempre es mejor traerla de casa), y al poco veremos este “puentín”, como dicen por allí.


Por buen camino ascenderemos hacia la Vega de Piedra, donde unas construcciones de pastores amenizaran los efectos de las “pantorrillas en frío” (imprescindible buscar algún palito para que los críos se sientan integraos con el paisaje)


Las vistas se amplían, a la vez que nos muestran un paisaje cada vez menos “de Valle” y más montañero:


Mirada hacía atrás, con el mar de nubes cubriendo el valle. Abajo parecía que podía llover, y cuando llegamos arriba nos encontramos un estupendo día con el cielo despejado. Típico de esta zona, pero desconcertante para los que no estamos acostumbrados…


El camino es evidente en todo momento, y más cómodo de lo que pueda parecer.


Las subidillas dan un descanso al llegar a la Majada de La Rondiella:


Y entonces, mientras aprovechamos para picotear algo (a los peques hay que llevarlos entretenidos como sea), salta la alarma: uno de ellos va fastidiado con una rozadura, y ¡OH NO! ¡A papá-canelo-montañero se le ha olvidado echar el esparadrapo!

Rebeca Anuncio Aurgi - www.abrelaboca.com
¡Cagüen la puta de oros! Yo estoy acostumbrado a empapelarme los pies antes de calzarme las botas, pero no he caído en la cuenta con ellos, y lo peor de todo, no les he revisado los calcetines antes de salir de casa y les hacen arrugas. Preguntamos a una pareja que pasa por allí, y amablemente le disponen una gasita con esparadrapo, así que continuamos la marcha…Sólo para comprobar poco después que empieza a quejarse del otro pie. ¡Pero chico porque no has avisado y hubiéramos pedido un poco más!

Pues ya hay que continuar, porque tengo más esperanzas de que el guarda nos pueda dar algo, que tener la fortuna de volver a encontrar algún montañero con botiquín (sísí: así es, aunque todos debiéramos llevar lo básico…)

¡Venga va, que ya está ahí mismo!


He de reconocer que mi chico es blandete, pero el pobre aguantó como un campeón sin quejarse.


Al llegar al refugio, lo prometido es deuda, así que marchando un par de cola-caos para los chicos, y unas cervecillas para los padres. El guarda es muy amable con nosotros, y reparte salomónicamente los últimos dos Compeed que tiene entre las 3 rozaduras de los chiquillos, así que para agradecer de alguna manera el detalle, tomamos otra ronda y le damos la mitad de la empanada que hemos llevado de almuerzo…Bueno, algo menos de la mitad, porque la verdad que estos dos chavales comen como limas, y cuando el hombre se quiso dar cuenta, ¡ya los tenía metidos en la cocina oliendo el puchero!


Yogui, el perro pastor del Refugio al que sólo le falta hablar, nos deleitó con sus dotes taurinas espantando a toda res que osaba atravesar la praderita del refugio a base de mordiscos en el rabo. ¡Ni el Cordobés en sus mejores tiempos, oiga!


Nos despedimos después de una buena parada, esperando llegar a tiempo para comer en Cangas de Onís.


De nuevo en La Rondiella:


Aquí en la especie de “pista de aterrizaje balizada con hitos”, donde no sé si mi chico me está indicando la marca de sendero , o que como alguna vaca se ponga tonta se lo arroja a la cabeza…


La verdad es que algunas de esas vacas tienen más cuernos que el pobre Cuqui, y cuando pasas a su lado , lo haces con cierta inquietud mirándolas de reojo. No te digo ya a los toros…Mejor no arrimarse mucho a los terneros, no sea que alguna mamá vaca se ponga nerviosa.

Pobre Cuqui de La que se avecina...
Ya vemos la pista de tierra que nos trajo desde el Lago Enol:


Y muy poquito después, ya divisamos el aparcamiento. Tal como llevan los pies, no me extraña que se alegren los pobres…


En resumen, una ruta apta para muuuuchos públicos, con poco desnivel (unos 350m), ideal para una pasar una mañana sin dejarnos KO el resto del día, en una de las zonas más amables de Picos de Europa. A nosotros nos llevó unas 4 horas y media ida y vuelta con un buen descanso en el refugio, pero el tiempo que suelen darle es de hora y media para llegar.


De la ruta a Vega de Ario, ya hablamos el año que viene si eso, porque con las rozaduras, como que se fastidiaron los planes montañeros para el resto de vacaciones…

Lo importante es que el blog ha estrenado nueva sección de “Peque-Rutas”, o Rutas para los más Pequeños, y esperemos que sus entradas se conviertan en algo habitual.


Más info:

Para ver más fotos del recorrido:


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