miércoles, 3 de enero de 2018

Via Verde del Trenillo (Villacañas-Quintanar de la Orden, 52km i/v)

El mal tiempo que ha obligado a descartar viaje a Pirineos, hoy no se presenta en forma de lluvia, sino de viento. No apetece nada quedarse en casa ni un sólo día durante estas minivacaciones de invierno, y se presenta una oportunidad al Sur, en tierras toledanas. Se trata de la Vía Verde del Trenillo: 52Km i/v por terreno totalmente llano de tierra compactada, ideal como complemento al entrenamiento de ayer (90Km en la Vía Verde del Tajuña).

No hay que esperar paisajes de gran belleza ni pueblos repletos de bonitas construcciones, a pesar de  sus ancestrales orígenes (https://es.wikipedia.org/wiki/Quintanar_de_la_Orden). Sólo el placer de ciclar por terreno muy cómodo, rodeado de los mismos viñedos que a principios del siglo XX justificaron la puesta en marcha de la vía ferroviaria sobre la que se asienta la actual Vía Verde, interrumpidos por pueblos de discreto interés turístico. En mi caso, más bien, sólo pretendo sumar KM con la esperanza de fortalecer poco a poco mis debiluchas piernecillas, y probar que tal eso de rodar dos días seguidos.

Más info sobre el recorrido:
http://www.viasverdes.com/itinerarios/itinerario.asp?id=125

Salgo del parking de la estación de tren de Villacañas, y un paisano me indica cruzar el puente azul hacia el otro lado de las vías del tren:


Vía del tren actual vista desde lo alto del puente, y silos visibles al fondo, posiblemente de una de las varias cooperativas vinícolas de la comarca. A la derecha el parking de la estación.


Nada más bajar la rampa del puente hacia el otro lado, tenemos visible la primera indicación:


Los primeros metros transcurren por asfalto entre ruinas de algunos talleres. Al llegar a esta rotonda, parece que comienza la tierra compactada, pero serán sólo unos metros...


...Luego, volvemos al asfalto poligoneril:


Ahora sí, tierra compacta al fin. Es el firme mayoritario de la VV, y aunque no es necesaria una buena suspensión (de hecho se me olvidó desbloquearla después del recorrido de ayer), no es apto para"flacas" (bicicletas de carretera).




Aunque la ausencia de desnivel la hace propicia para ir con la family, esta VV presenta varios cruces de carreteras en los que extremar las precauciones:


Llegando a la Villa de Don Fadrique...



....Donde aún se pueden apreciar restos de los raíles en algunas de sus calles:


Atentos a seguir el hormigón verde para no despistarse al atravesar la población:


A las afueras de la Villa, justo antes de abandonar el hormigón verde y retomar la tierra compactada, se observa una de las fábricas de puertas características de esta zona. Resulta que de Villacañas y las poblaciones vecinas, salían cada semana miles de puertas a todos los rincones de la península durante el boom inmobiliario...hasta que llegó la crisis, y el sueño de una prosperidad desmedida se convirtió en pesadilla para muchos de sus vecinos. No dejéis de leer el siguiente artículo para asimilar sus lecciones aprendidas:

http://www.elmundo.es/papel/todologia/2017/07/26/5976234dca47412f398b45e7.html



Siguiente población: Puebla de Almoradiel.


Otro cruce de carretera, para pasar por debajo del cuqui-puente:


No me molesto en apartarme de la VV para conocer la población. Tan sólo me molesto en leer el cartel informativo dispuesto en el descansadero a las afueras, muy chulo él, con techado, abrevadero y hasta anillas donde enganchar las riendas para aquellos que vengan a caballo, donde el único pero es que está pegado a la carretera, frente a una gasolinera.


La carretera que hay que cruzar para llegar hasta Quintanar de la Orden es mucho más "gorda" que hasta ahora, y está vallada. Pero tranqui que esta vez no se cruza a nivel, sino usando un puente a mano izquierda:



La Vía Verde no acaba nada más llegar a la población. Merece la pena llegar hasta la plaza del ayuntamiento, y observar aunque sea por fuera, sus edificios más característicos ,sobre todo ahora que es la hora de la siesta y está todo supercalmado:





Hay alguno más, pero prefiero emprender el regreso, no me vaya a pillar atascazo volviendo a Madrid:


Prefiero saldar mi deuda con Villacañas, donde he dejado pendiente retratar su también bonita Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción...Aunque está difícil con tan poca distancia entre sus muros y las viviendas.



Lástima de ir solo y ser las horas que son, y no poder aprovechar para tomar una cerve :-)

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