domingo, 30 de diciembre de 2012

Deportiva en Navalmedio – Feliz 2013…esperemos.


Un cambio de año es una fecha muy señalada en nuestra cultura. Es un momento de hacer balance del año que se va, y de hacer planes para el que viene. Es el momento de los “este año voy a estudiar más en vez de dejarlo todo para la semana antes de los exámenes”, ”en cuanto acaben las fiestas me pongo a régimen”, “este es el último paquete de tabaco que compro”…etc etc etc.

Es por eso que había ganas de hacer algo antes de despedir el año. Es por eso que Miguelón y Pablo, ante la decepción de no disponer de condiciones en Gredos, decidieron ir a subir elUrbión, y al encontrarse de nuevo con que la meteorología les era adversa para pasar la noche, decidieron regresar a Madrid y salir a escalar algo al día siguiente por nuestras escuelas. Es por eso que yo, al no haberles podido acompañar el día anterior, acepté encantado su propuesta para salir a raspar yemas el domingo donde fuere.

Ante la persistente niebla que cubre buena parte de Madrid, optamos por repetir en Cercedilla, siguiendo la misma estrategia que el pasado domingo: cuanto más alto, más despejado. Pero nada más llegar, nos damos cuenta de que hoy no vamos a tener tanta suerte…

Intendo protegerlas del frio, empezamos a caminar con las manos en los bolsillos, echando un ojo a las placas del finde anterior  y otro al cielo.


Esta vez bordearemos todo el embalse, en busca de otras vias cercanas que Vladdy describe en su blog Historias de Montaña. ¡Qué cómodo eso del internés en el móvil eh!



Se continúa una senda marcada, hasta que, pasadas 3 puertas (4 contando la de la entrada al embalse), hay que tirar por una menos pisada en dirección al río. Hay que estar algo atentos porque no resulta muy evidente, ya que las vías se encuentran en la cara opuesta del risco. Suerte que Miguelón tiene un olfato especial para el magnesio. ¡Auuuuuuu!


¡Ummm! Cuando vemos las vías, nos damos cuenta de que no parece un sector muy amable…En las más fáciles asoman picos y repisas de las que hacen pupa si te caes, y las difíciles…¡pues difíciles son!


Miguelón se anima a abrir la primera vía, un V+ con techito antes de la salida, que resuelve a la primera sin despeinarse…Quizá porque llevaba el casco puesto. 




Después lo intento yo, no sin pensármelo más de una vez, haciendo una “extensión“ de cintas express en el paso del techito para pasar la cuerda más cómodo, pero sin necesidad de acerar, y por último lo intenta Pablo, que como siempre, parece que lo hace más fácil de lo que a otros nos ha resultado…










Bueno, en parte es normal que vaya tan tranquilo…Lo primero, porque ya le hemos dejado calientes los apoyos a costa de nuestras insensibles yemas, lo cual con el frío que hace es de agradecer. Y lo segundo, porque me tiene de referencia a mí, y sabe que si yo subo…¡él se pasea! Jijijiji

Miguelón decide intentar el diedrito fisurado que Vladdy marca como V+, y que como en seguida comprobaremos, sale muy peleón… Se asegura a la primera chapa, pero no ve claro los pasos en bavaresa que parecen requerir la segunda. Desde abajo se ve muy vertical y ninguno tenemos experiencia con ese tipo de pasos, así que al final decidimos montarla en top-rope subiendo por detrás del risco.

Si pegas cada foto de la siguiente secuencia en un post-it sin despegarlos del taco, luego los puedes pasar todos seguidos como si fueran fotogramas de una peli, ¿qué te parece?









Después lo intento yo, y aunque no me sale mal, compruebo lo durillos que salen los pasos.
Así que cuando estos me animan a intentarla de primero, mi respuesta no puede ser más elocuente...


Los tres comentamos que, si esto es una vía de V+ de deportiva, ¡cómo debe ser escalar en Galayos!
No me quiero imaginar escalando una vía con pasos como estos, teniendo que parar a colocar cacharros…

Después de esta cura de humildad, no hay muchos ánimos para intentar más vías. Hace bastante frío, unos 4ºC, y como es normal Miguelón y Pablo están cansados después de las 12h que se metieron ayer para subir al Urbión. Así que le metemos un par de tientos al boulder que hay a la vuelta, y decidimos irnos a tomar unas cervezas.

No ha sido una mañana productiva, pero hemos pasado un rato agradable entre amigos, y eso es lo que importa. 





Del mismo modo, si nos ofreciesen todas las cimas del mundo sin poder compartirlas, ¿qué sentido tendrían?  ¡Compartir es vivir! La crisis nos ha redescubierto el valor de muchas pequeñas cosas y otras que parecíamos tener olvidadas o demasiado asumidas. Que no se nos olvide. Lo importante siguen siendo la familia, los amigos, la salud, el trabajo, el medioambiente…Que no se nos olvide abrazar a los seres que queremos y estrechar la mano de nuestros amigos…Y que no se nos olvide que, pese a todo lo que llevamos estos últimos años, seguimos siendo los seres afortunados del planeta.

Ahora que, a punto de finalizar el año, empezaremos a hacer multitud de planes en nuestra cabeza, y compraremos un montón de cosas innecesarias para tratar de agradar a aquellos que más nos importan, no estaría de más acordarse un poco de “los otros”, los que no tienen nada que regalar, nada que planear.

Que no se nos olvide.




FELIZ 2013 PARA TODOS 



domingo, 23 de diciembre de 2012

Deportiva en la Majadilla Verde – La Mano de Dios y los malos augurios


Buena previsión para el fin de semana, pero con la Nochebuena el lunes, no logro convencer a nadie para sacar el saco de plumas de debajo del somier, pobrecico mío…

Miguelón ha quedado con Pableras y otros chicos del Candas para pedricear algo el domingo, así que me uno al grupo. Salir soliplás en invierno, aún con todo el tiempo primaveral con el que hemos estrenado estación, me da mucha pereza…Hay que tener en cuenta que a las 18:00 ya es de noche y …¿qué coño haces tirao en una tienda de campaña tú solo tantas horas? Puedes leer un libro, sí. Pero también está el viaje, más de 10h desde Madrid a Pirineos, la pasta que supone para uno solo…Y hombre, que no es lo suyo. Que no acabamos más que empezar la temporada y ya sé de algún sustillo:


Mala leche tiene la zona esa de Panticosa macho…Entoavia me se ponen los pelos como egcarpias recordando el cacho alud que vimos Rafa y yo en nuestra salida al Corredor Sur de los Infiernos.

-- Hemos quedado a las 10:30 en Alcobendas. Vamos en plan tranki que estamos perrotes, como te mola a tí.

-- ¿Ein? ¿A las 10:30? Pos pa escalar no sé si estaremos perrotes, pero desde luego nos vamos a tener que meter un buen pateo, porque ¡a ver dónde aparcamos a esas horas!

Es lo que tienen las urbes tochas estas en las que vivimos: que si quieres ir a alguna de sus escuelas cercanas, o madrugas, o te comes el centro un donut…

Y ,efectivamente, llegamos a “La Pedri”, y había que coger número para pasar la barrera. L

Para los que no sean de Madrid, comentarles que el acceso a La Pedriza en vehículo es regulado, por lo que si alguien tiene planeada una visita a esta emblemática zona de escalada, es conveniente llegar bien pronto. De lo contrario, se puede dejar el coche en un aparcamiento exterior, y emprender el pateo pertinente…Pero quitando alguna zona como Quebrataherraduras, la verdad es que todas pillan a una distancia considerable, haciendo poca práctica esta opción. El último recurso, virtualmente, es dejar el coche en la zona de “El Tranco”. Y digo virtualmente, porque se trata de un aparcamiento tan limitado, que en la práctica resulta más difícil dejar allí el vehículo que pasar la propia barrera.
Resumiendo: si quieres pedricear ,has de madrugar, y si no quieres madrugar, te toca patear.
He dicho.

A lo que iba, que se me va: que nos plantamos en la barrera y teníamos lo menos 1 hora espera, que allí había una niebla que rite tú de los fumaderos de los chinos, y que dio la casualidad que nos encontramos con otros compañeros del Candas que habían ido a dejarse los higadillos corriendo cuesta arriba (viviendo nosotros de la Meseta, ya ves tu que manía más tonta), y que nos dijeron que toda la roca estaba empapá, cosa no demasiado aconsejable para eso de la escalada, y menos propicia aún para la adherencia…

-- La niebla está en los valles, arriba está despejado que te cagas. Si subís hasta la pradera del Yelmo, si podréis hacer algo, si no…chungo.

-- Podríamos ir a Cercedilla…No he ido nunca pero creo que hay alguna placa chula— nos propone Sergio.

Votos a favor de pegarnos 2h de pateo hasta el Yelmo de subida más luego la bajada: Cero
Votos a favor de pillar el buga y pirarnos a Cercedilla, que está más alto y estará despejado, a riesgo de que en la susodicha placa nos comamos los mocos: todos los demás.

Ale, pallá que vamos.

Esta foto es bastante descriptiva de la situación: niebla al fondo en los valles, y nosotros ya despojados de los forros polares disfrutando de un tiempo primaveral en pleno 23 de Diciembre…Mal augurio para esta temporada. Mucho se empieza a parecer a la última.

A mí es que, por mucho que digan el PPresidente y su primo, esto del cambio climático me parece balnco y en botella, pero en fin...




Cuando llegamos a pie de vías, preguntamos a la cordada que hemos visto desde abajo por su dificultad, ya que no llevamos ni “cocris” ni ná. Si no quieres que te pase lo mismo, en este post hay uno y además salen fotos de gachís, no como en esta entrada, que todos somos maromos. Más viriles, como yo ,o más mariflowers, como el resto, pero gachós al fin y al cabo… J


Hacemos 2 cordadas y en la mía nos decidimos por la de más a la derecha, fuera ya de la placa “principal” que se ve en la foto, y que es la misma por la que empiezan las gentes del citado post, un espolón de poca dificultad y bien protegido, ideal para ir cogiendo el tacto a esta roca que combina pasos de adherencia con generosos agarres, más al estilo de las zonas de escalada de La Laguna de Peñalara, que a La Pedriza.

Foto de Sergio



Aluego, pegamos un giro radical, abandonando esta vía de más a la derecha para irnos a la de más a la izquierda, ¡que ni el mismísimo Jorge Verstrynge oiga!

Vía fácil cuyo paso clave es precisamente la entrada…





….Y con un paso largo casi al final del primer largo que se hace mucho mejor de lo que parece desde abajo.



La vía se hace bien y puede resultar muy apropiada para practicar vías de más de un largo, pues tiene una reunión muy cómoda con 2 argollas, y un segundo largo de tan sólo III ,que no hicimos por despiste, y que personalmente me hubiera venido bien para practicar eso de montar reunión y asegurar al segundo desde arriba. L

La siguiente vía  comparte trazado y reunión con la que acabamos de hacer. Se trata de un 6a donde los agarres ya empiezan a escasear, y hay que tirar más de adherencia entre la 2ª y 3ª chapa.



Marco la 3ª chapa pa que se vea mejor, y a ver quién sabe explicar dónde hubo más de un pegue y “el misterioso caso del casco del asegurador”…





Después de Sergio, lo intento yo. Desde abajo el paso se ve tiesito, pero voy con ganas. Las dos primeras chapas bien, y con decisión a por la tercera. Parece que me puedo beneficiar tanto de mi altura como del hecho de que las chapas ya estén puestas, que quieras que no te regalan unos centímetros. Estoy bien aferrado con mano y pie derecho, pero no encuentro apoyo para el pie izquierdo. Pienso que puedo chapar desde mi posición para darme el paso más tranquilo, y cuando pido cuerda me doy cuenta de que, oh cielos, llego a acariciar el mosquetón pero no a abrir el gatillo. Entonces, como le ocurriera aquel 22 de Junio de 1986 al grandísimo Maradona en los cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol frente a Inglaterra, apareció la mano de Dios, y me vi que acababa de superar el paso ¡con un A0 totalmente ajeno a mi voluntad!



No fue mi intención…pero eso de haber pedido cuerda, y ver que no llegas a chapar teniendo tan sólo un pie bien apoyado en adherencia….

Mientras hemos desgastado un poco las suelas de los gatos en esta vía, Miguelón y Pableras han abierto otro 6a, una de las vías más próximas al gran pino (y no hablo en términos escatológicos), y que a mí me pareció la más peleona de la jornada. Después de que me explicaran el pasito técnico de la entrada, en el que tienes que equilibrar “toda a la derecha”, y que me comentaran que había un buen aleje entre dos de las chapas, decidí, con muy buen criterio, hacerla de segundo. La vía, aparte de la entrada, es bastante mantenida y me dio la impresión de que es una de esas que “se disfruta muy bien de segundo, y se sufre un poco yendo de primero” J

De esa justo no tengo foto, pero a cambio puedo ofrecer un “collage” de las siguientes que hicimos, que si bien ya no sabría decir de cuáles se trata, dan una idea de cómo es la escalada en aquel lugar. Un poco como los pimientos de Padrón: unas veces toca adherencia…y otras no.




De la que si me acuerdo, es de la última que hicimos: un V que se encargó de abrir Miguelón , que desde abajo aparenta más de lo que es, pero que como bien dijo él, “es para irse con buen sabor de boca” de lo mucho que se disfruta.

Aquí Miguelón llegando a la reunión:



Y aquí Pableras haciendo el último turno, asegurao por el moi, antes de recoger los trastos y regresar cada mochuelo a su olivo. La foto no sé de quién es, pero la cámara era mía porque no había otra, así que que hable el autor, o calle para siempre.


Y eso es lo que dio de sí el día: unas cinco vías en un bonito entorno en el que, si bien no abundan las opciones, puede proporcionarnos una buena jornada si no coincidimos con mucha gente, al tener las vías un grado muy contenido y estar bien aseguradas, y no ser ni caliza patovellonera, ni granito pedricero, sino otra cosa distinta…




domingo, 9 de diciembre de 2012

TESORERO - Esbelto entre agrestes


En Diciembre de 2009, con mis crampones recién adquiridos, y mi también recién estrenada técnica del acopling mountain, subí por primera vez a Cabaña Verónica ,sin más intención que la de dar un paseo nieveril para ir jugando con los pincharracos. Nada más ver el Tesorero, quedé prendado por su esbelta silueta triangular destacando en el horizonte desde la propia estación de El cable…


¡Qué envidia me dieron Isra y Xavi con su plan de hacer noche en Cabaña Verónica, el refugio más singular y entrañable de toda nuestra geografía, para atacar la pirámide de nieve al día siguiente! Tanta, que me prometí a mí mismo emular su aventura tan pronto como me fuera posible…

Lo cual no fue posible hasta justo un año después: En Diciembre de 2010, cansado de esperar a encontrar compañero, me lié la manta a la cabeza y me piré pallá soliplás. ¿No dice la guía del tito Lora que ese pico es fácil? ¡Pues venga! Y aunque en aquella ocasión disfruté compartiendo noche en Cabaña Verónica con unos amigos de Reinosa, estrenando mi saco de plumas, y soltándome en eso de las invernales (como por ejemplo aprendiendo que es mejor “invertir” algo de agua que intentar fundir nieve “a palo seco”), lo cierto es que un sustillo con una torca acabó con mis ganas de hacer cumbre, dejando pendiente el Tesorero. Aunque sólo quedó en eso, en susto, decidí que era mejor no volver a aventurarse en solitario por aquellos parajes, opinión que se vió reforzada al pasar por allí en verano durante una circular al Llambrión, y comprobar lo irregular y caótico de aquel terreno…

Ahora, en Diciembre de 2012, se da la circunstancia de que me encuentro en Asturias disfrutando con la familia del puente de la Constitución, que hace casi 6 meses que no salgo al monte, que llevamos mes y pico lloviendo todos los putos fines de semana, que ha caído un paquetón de nieve que te cagasssss, y que justo el día que toca regresar a Madrid, me cago en la madre que parió al Meteosat, va a hacer un día del copón…Teniendo oportunidad de empaquetar a la familia en coche ajeno, y pudiendo retrasar tu regreso unas horas, ¿no te aferrarías tú a esa oportunidad, no sea que vuelva la jodida borrasca del Atlántico y te tenga otro mes más encerrado en casa? Pues exactamente eso es lo que yo hice, aunque de nuevo no tuviera compañero “oficial” y me tocara acopling-mountanearme otra vez ¡Carpe diem que dirían los chicos del Club de los poetas muertos, aparte de “No a los recortes en Educación” en estos tiempos que corren!

Para no perder la costumbre, hoy también voy de estreno a Picos: si ya 1/2 estrené los crampones y el saco de plumas en su día, hoy le toca el turno a unas raquetas TSL Evasión que he pillado de oferta en el Deca de Oviedo. Yo quería las TSL 225 de oferta en Forum, pero al ir a por ellas, me informan de que ¡se han agotado en un par de días! Pues si que está el personal con ganas de nieve ,sí…

Así que al salir de El Cable, me fijo en la peña que se para a calzar esas raquetas, que son unos cuántos, y me da por pensar: ¿será éste el mamón que me las ha quitao, será esta la mamona? Pero la verdad es que los primeros pasos se hacen bien con botas, y con lo pisado que está el camino, no hay necesidad de entorpecer pieses, así que empiezo a dejar a la peña atrás.

¡Miale allí al fondo qué bonico es el jodio! 


Joer, pos si que voy solipankis…O la peña se ha enrollao mucho pa ponerse los trastos, o voy hecho un mulo, que no creo que sea el caso…




Pero entonces veo que me sale este chaval por la izquierda, raquetas en ristre, y después de lo que me ha hecho sudar la última cuesta, pienso que ya va siendo hora de bajar los plásticos del lomo y estrenar mis TSL. A mayor altitud se ha debido acumular más cantidad de nieve, pero no ha bajado la temperatura lo suficiente, con lo cual te hundes más en la parte final del recorrido, que en cotas bajas.




A los pocos pasos de pingüino, me cruzo con una pareja con carabina, usease, dos barba-faces y una chica, que me informan de que han pasado la noche en Cabaña Verónica y han subido al Tesorero. ¡Dita sea que suerte tienen algunos! Eso quiere decir que hay huella, lo cual es cojonudo para mis propósitos…

-- Osea que está en buenas condiciones, ¿no? – me intereso.

-- Sí, sí. Nosotros cuando hemos subido esta mañana hemos tenido que ir abriendo huella, pero ahora la sigues sin problemas. Bueno, la parte final está pindia ¡eh! –  me advierte.

¡Vaya! Eso ya no suena tan bien L

Al que le interese, puede ver algunas de sus imágenes en el siguiente enlace. Yo cuando vi a estos muchachos, prometo que estaban  a todo color jijijijij.


 Sigo raqueteando con el Tesorero cada vez más cerca, pensando que no debe faltar mucho ya para llegar a la Vueltona



.... ¡Y no me doy cuenta de que esta vez no hay huella por el camino de verano, y en su lugar he hecho el sube-baja del Jou, hasta que casi me doy de morros con Cabaña Verónica!



¡Recula Genaro que es pal otro lao!


¡Fale! Ya tengo mi fotaca desde el Collado de Horcados Rojos y puedo ver la huella hacia el Tesorero. ¿Y ahora qué?





Ahora a esperar a ver si viene alguien, no sea que con huella y tó meta el pienrrel de nuevo en una torca, y si no hay suerte despacito y hasta donde dicte la prudencia…o la gallinitis.

Me paro a comer unas galletas de chocolate, y no hay suerte con la primera pareja que me encuentro, que sólo han venido a hacerse la foto desde el Collado. El chico que me adelantó con las raquetas, y la mayoría de los que nos seguían, se han parado en Cabaña Verónica.


Pero antes de que termine de guardar las raquetas y sacar los crampones, llega otra pareja macho-macho, y éstos sí, tienen intención de subir al Tesorero. ¡Yuju! ¡Ya tengo acople!

Mientras el chico que iba más adelantado se para a esperar a su compi, voy avanzando unos metros, convenciéndome de que esta vez sí, es posible que pueda subir al Tesorero (apenas visible en esta foto, no se trata de la aguja rocosa que se aprecia a la derecha, sino de la cumbre que asoma tímidamente). Veremos a ver.



En este punto, veo que las huellas se bifurcan. Unas hacia la izquierda, hacia lo que creo es la cara Sur, y otras que siguen la ruta descrita en la guía “50 Ascensiones Clásicas” de Raúl Lora. La verdad es que más fácil parece la otra…

-- Es que la ruta de Lora es para el verano me informa Jose





Así que dejamos atrás las huellas más directas, por así decirlo, y llegamos a un colladín a pie de la ¿cara sur? Vamos, la que da hacia Cabaña Verónica, para aclararnos…



Nos libramos del peso de las mochilas, y parriba. Gustoso les cedo el turno, faltaría más, y eso que desde aquí se ve todo muy facilillo, y no intuyo el paso “de pensar” que aguarda entre las rocas.




Un paso de sólo un par de metros, que con la roca desnuda o la nieve más dura no sería nada, pero que con esta nieve reciente ocultando los agarres en roca, y desmenuzándose a cada intento de asentar el piolet, parece más.

Así que cuando llego a cima…




….Más que deleitarme con las vistas…







…Miro y remiro el paso malo de la subida.




Pienso que quizá sea posible evitarlo alejándonos de la zona de roca, bajando la pendiente de nieve cara a la pared como ya ha empezado a hacer Jose. Pero como él mismo apunta, no hay ninguna seguridad de que bajo esa capa de nieve inconsistente no se escondan zonas de roca aún peores, así que regresamos siguiendo las huellas. Cuando toca deshacer los 4 pasos de travesía, mi pie derecho no parece encontrar ningún apoyo firme, y mucho menos aún el piolet, que rasga la nieve como mantequilla y ofrece menos sujeción que la propia mano. Jose, al ver  mi baile de pies, vuelve a subir hasta mi altura, y me indica que intente encastrar la hoja del piolet en una ínfima fisura que él ha utilizado antes, al tiempo que me canta los apoyos para pie. La verdad, sin su ayuda las hubiera pasado putas…Posiblemente me hubiera tenido que aventurar a abrir huella por la zona de mayor pendiente, como ha decidido hacer Chema al observar mi indecisión, con resultado satisfactorio.



Un abrazo de agradecimiento, traguito de agua para recuperar los líquidos que este pedazo de día nos hace sudar (7ºC según el reloj de Chema, pero con una sensación muy agradable y sin pizca de viento, y yo encima he olvidado la crema solar con todo lo que el Calleja anuncia la suya…), y recogemos las mochilas. 



Durante toda la bajada del Tesorero no nos encontramos a nadie, así que exceptuando los tres que durmieron en Cabaña Verónica, parece que hemos sido los únicos en subir. Si no me hubiera encontrado con estos compañeros, no creo que hubiera subido.

Horcados Rojos, que se quedó a medias a falta de la mini-cresta la vez anterior, se queda en el DEBE para la próxima.



Para cuando llegamos al teleférico son las 16:45, así que para intentar encadenar las 2 cumbres en el día, es necesario ir ligerito y sin entretenerse nada (en invierno el teleférico cierra a las 18:00). Nosotros apenas paramos para hacer unas fotos en la cima y comer un sándwich, y doy fe de que mis compañeros bajaron del tirón a buen ritmo. Tanto es así, que por un momento pensé que buscaban alguna especie de descuento en el teleférico por llegar antes ;-)

Una cervecita en la cafeta de El Cable, que encima no me dejaron pagar, y nos despedimos con un intercambio de direcciones. Creo que los tres nos vamos satisfechos por el estupendo día que hemos disfrutado en este pico tan coqueto, que no será un 3.000… ¡pero ni falta que le hace!

¡Un saludo para mis amigos de Santander!