domingo, 18 de agosto de 2013

Entrenamientortura – ¡No puedo con el calor!

Si normalmente soy un perrote para entrenar, ya ni te cuento cuando aprieta el calor…

Decía algún metereólogo francés algo así como que no íbamos a tener verano este año (enlace). Y la verdad que el calor ha empezado tarde, y en alguna ocasión parecía que iba a tener razón, como cuando a  finales de Julio quedé a escalar con Miguelón en La Pedriza, después de currar, y una tormenta inesperada dio al traste con nuestros planes, obligándonos a buscar refugio debajo del primer techillo que encontramos.



Pero lo cierto es que, al menos en Madrid, este verano ha hecho algunos días de tanto calor, que incluso ha costado conciliar el sueño ciertas noches.

Salir a entrenar en esas condiciones, requiere de bastante disciplina, pues además del esfuerzo físico, será necesario un buen madrugón ,o bien salir bastante tarde, pasado un buen rato desde que se haya escondido el sol. Demasiado para mí…

Así que a medida que fue apretando el calor, fui desistiendo de mis ya de por sí irrisorias sesiones de entrenamientortura, hasta aparcarlas por completo.

Con el calor lo que apetece son otras cosas, como la piscina:


O el cerveceo en las terracitas de moda...




Puesto que las 2 fotos anteriores corresponden al madrileño barrio de Chueca, famoso por albergar una nutrida comunidad homosexual, aprovechar la ocasión para mostrar mi rechazo a las imágenes de violencia homófoba en Rusia que estos días han denunciado diversos medios de comunicación.

Si bien últimamente la oleada de casos de corrupción ha podido conducirnos al desencanto con demasiada frecuencia, creo que nuestra sociedad sí puede sentirse orgullosa de haber alcanzado unos niveles de tolerancia a la cabeza mundial, por mucho que algunos se empeñen en liarnos con las peras y las manzanas (enlace).


VIVE Y DEJA VIVIR, cada uno con sus convicciones y reticencias, pero siempre teniendo claro, tal como establece el artículo 15 de nuestra Constitución, que "Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes."


Pero volvamos al tema del entrenamiento…

No sería hasta el regreso a tierras astures, que decidiera calzar las zapas de nuevo. Precisamente allí donde en otro repor expliqué cómo un escenario tan idílico puede motivarnos lo suficiente…además de los 10º de diferencia respecto al calor de  Madrid.


Sesión 1: Posada La Vieja - Playa de San Antolín

Empezamos con un recorrido suave, de Posada La Vieja a la Playa de San Antolín, que a mí me llevó unos 40 minutillos ida y vuelta, con mi particular trote gorrinero y alguna paradita para sacar la cámara. Ruta con poco desnivel, negativo de ida, y alguna cuestecilla de regreso, que se hace bien y recompensa con unas vistas de lujo, como veréis a continuación:

Salimos desde la estación de tren de Posada, y tomamos el camino de la izquierda:


Pasaremos por una casona característica donde desearemos no resguardarnos una noche de tormenta con luna llena. ¡Auuuuuuu!


Al final de este primer tramo, nos encontraremos con unas indicaciones a unos apartamentos turísticos. Nosotros hemos de coger el ramal izquierdo. SIEMPRE SEGUIR LOS CARTELES INDICADORES A LA QUESERÍA BEDÓN.



Ejemplo de cartel informativo. Ya sabeis: seguir las indicaciones a la quesería.


Una vez dejemos atrás estas viviendas, pasaremos sobre un pequeño puente sobre la vía del tren, y dejaremos a mano izquierda una vaquería…que no es la famosa quesería.


Bajadita que a la vuelta tendremos que subir, y siguiendo la calzada llegaremos a una vivienda algo más aislada, fácilmente reconocible por una bicicleta “estatuizada” junto a una réplica de vía de tren. Hay que pasar por debajo del puentecillo que se ve al fondo.


Al llegar al desvío, a mano derecha , justo por donde está paseando la pareja de la foto. En rojo, resaltado el cartel indicador.


Y ya por fin veremos la quesería a mano derecha, y el camino que hemos de seguir, a mano izquierda.


Ya falta poco. Sólo hemos de seguir este camino paralelo al río Bedón, con una parte asfaltada y otra en tierra…



….Pasar por debajo de la autovía y cruzar el puente metálico sobre el río…


….Y por fin tendremos nuestra recompensa: las preciosas vistas de la playa de San Antolín con la desembocadura del río a un lado:


…. Y la de los chiringuitos a otro J



Sesión 2: Posada – Río Seco

Los chicos siguen fastidiados con las ampollas de nuestra visita al Refugio de Vegarredonda, así que decido acercarme a “la elevación aquella” que domina el pueblo, para apaciguar  el apetito montañero.
Ya subí una vez, pero a costa de perderme varias veces y sufrir varios arañazos entre la maleza. Así que espero encontrar un camino más evidente dirigiéndome a su parte menos elevada.

Primer tramo hacia la vecina localidad de Turanzas, donde un camino habilitado nos evitará correr por el arcén de la carretera:


 Ahí es donde pretendo subir. El pajarraco me indica “to recto”, pero yo prefiero continuar a ver si veo algún camino.


Pasado Turanzas, se llega a una gasolinera. Aún no he visto ningún camino a la montañica, así que decido tomar el desvío a Río Seco, para no alejarme más. Ni idea porque nunca he estado…

Más info pinchando aquí.


Según el cartelito, son sólo 2Km…¡Joder con los 2Km! Todos cuesta arriba macho.


Veo una casa de pastores y una cerca, y pienso que algún camino debe llevar hasta allí. Pero, de momento, no diviso ninguna traza.


Por fin llego al pueblo, y no tengo ninguna fuerza para ignorar la señal. Así que a correr a menos de 30km/h se ha dicho… J


Me pierdo por las callejuelas…


Y entonces pregunto a una amable señora, que me comenta que el camino hasta allí está descuidado y es fácil perderse, y me recomienda mejor subir al repetidor, desde donde se observa una bonita vista y el camino está mejor. Bueno, fale. Igual me da un sitio que otro. Sólo quiero estirar un poco las piernas…


Así que subo por detrás de la finca con la valla verde como me ha parecido entender…cuesta arriba, por supuesto….


…Y me encuentro con ésto:


No parece la simple puerta para que no escape el ganado, y además está cerrada. Así que, aunque sería posible pasar por uno de los lados, no me atrevo no sea que se trate de una propiedad privada con perros sueltos. Decido regresar sobre mis pasos, y tomar el otro desvío:


Ahora sí que veo el repetidor:


Y en ese momento…¡Guau! ¡Guau! ¡Guau!
¡Cooooño! ¡Puta manía de tener a los perros sueltos oyes! ¡Tira pabajo, tira pabajo!

Resultaría ser un can más joven de lo que creía, y según vino a por mí se quedó clavado cuando le grite “¡Quieto!”. Pero el susto, ¡vamos que si me lo dio! 


Nada, nada. Dejamos para otro día el repetidor, y a enfilar toda la bajada:


Si os dais cuenta, al fondo se ve el pueblo del que he venido, y más allá el mar. Un poco de Zoom para verlo mejor:


Pero hasta llegar aún queda un ratillo por bajar…



Al regresar al paseo peatonal de Turanzas , ya es pan comido.


Aunque no conseguí mi propósito, no estuvo mal para desentumecer pantorrillas: aproximadamente 1h y cuarto, incluídas paradas para preguntar, fotos, y sustos de perros.

Lo suficiente para hacer ganas de tapear y volver a dedicarme a la mala vida, que eso de entrenar es mu sacrificao…


Con esta segunda sesión volví a dar por finalizado el entrenamientortura durante las vacaciones , y a disfrutar se ha dicho, que no todo tiene que ser montaña:



¡Ya tocará arrepentirse en Septiembre con la reentré! J


martes, 13 de agosto de 2013

Peque-Ruta: Refugio de Vegarredonda

Reconozco que debería sacar más a los peques. Pero el poco tiempo que tiene uno, la poca disposición natural que un crío tiene a andar “per se”, y algo de sobreprotección de un padre celoso, hacen que este año la cosa no haya pasado de lo anecdótico, como el par de flirteos con la cuerda, ya sea en primavera o verano…



….O la salida de todos los años a hacer el muñeco de nieve, que a punto estuvo de no celebrarse, y hubo que recurrir  a las últimas nieves “in extremis” para conseguir el que sin duda habrá sido “muñeco raquítico del año”:


Por eso, aprovechando las vacaciones en tierras Asturianas, había planificado un par de rutillas suaves para irlos acostumbrando: visita al refugio de Vegarredonda, y visita al refugio de Vega de Ario, ambos por sus accesos “normales”. Tenía el referente del año pasado en cuanto a desnivel  y tiempos de la visita a los Ibones de Anayet (unos 700m, unas 5h ida y vuelta), y sabía que más que eso supondría motín a bordo, así que nada de forzar la máquina. Además, Picos no es el mejor sitio para patear, desde mi punto de vista, por lo pedregoso del terreno, lo monótono del paisaje en algunas ocasiones a falta de lagos y bosques,  y la constante amenaza de niebla…

Para llegar al Lago de Enol en verano con el propio vehículo es necesario madrugar un poco, para estar en el Santuario de Covadonga antes de las 08:30 (consultar, ya que puede variar de un año a otro). Si no apetece madrugar, o “da palo” coger el coche por esos caminos, podemos dejarlo en cualquiera de las paradas habilitadas antes de llegar al Santuario, y hacer uso del servicio de minibuses, pero en ese caso, tendremos que sumar algo más de tiempo a la ruta, al tener que recorrer la pista hasta Pan de Carmen a pie. Hayamos llegado como hayamos llegado, la pista sale a la derecha del cartel indicador. O sea, NO se debe seguir por el camino asfaltado más evidente que se ve en la foto, sino tomar la pista de tierra (justo la que no se ve en la foto J ).


Dejaremos el vehículo en el aparcamiento de Pan de Carmen, o nos arrepentiremos en su defecto, y nos dispondremos a seguir las indicaciones del cartel. Muy evidente y sin pérdida. Al poco atravesaremos una zona identificada como “Vega del Huerto” (atentos si no llevamos agua, puede ser una buena oportunidad para llenar cantimploras aunque siempre es mejor traerla de casa), y al poco veremos este “puentín”, como dicen por allí.


Por buen camino ascenderemos hacia la Vega de Piedra, donde unas construcciones de pastores amenizaran los efectos de las “pantorrillas en frío” (imprescindible buscar algún palito para que los críos se sientan integraos con el paisaje)


Las vistas se amplían, a la vez que nos muestran un paisaje cada vez menos “de Valle” y más montañero:


Mirada hacía atrás, con el mar de nubes cubriendo el valle. Abajo parecía que podía llover, y cuando llegamos arriba nos encontramos un estupendo día con el cielo despejado. Típico de esta zona, pero desconcertante para los que no estamos acostumbrados…


El camino es evidente en todo momento, y más cómodo de lo que pueda parecer.


Las subidillas dan un descanso al llegar a la Majada de La Rondiella:


Y entonces, mientras aprovechamos para picotear algo (a los peques hay que llevarlos entretenidos como sea), salta la alarma: uno de ellos va fastidiado con una rozadura, y ¡OH NO! ¡A papá-canelo-montañero se le ha olvidado echar el esparadrapo!

Rebeca Anuncio Aurgi - www.abrelaboca.com
¡Cagüen la puta de oros! Yo estoy acostumbrado a empapelarme los pies antes de calzarme las botas, pero no he caído en la cuenta con ellos, y lo peor de todo, no les he revisado los calcetines antes de salir de casa y les hacen arrugas. Preguntamos a una pareja que pasa por allí, y amablemente le disponen una gasita con esparadrapo, así que continuamos la marcha…Sólo para comprobar poco después que empieza a quejarse del otro pie. ¡Pero chico porque no has avisado y hubiéramos pedido un poco más!

Pues ya hay que continuar, porque tengo más esperanzas de que el guarda nos pueda dar algo, que tener la fortuna de volver a encontrar algún montañero con botiquín (sísí: así es, aunque todos debiéramos llevar lo básico…)

¡Venga va, que ya está ahí mismo!


He de reconocer que mi chico es blandete, pero el pobre aguantó como un campeón sin quejarse.


Al llegar al refugio, lo prometido es deuda, así que marchando un par de cola-caos para los chicos, y unas cervecillas para los padres. El guarda es muy amable con nosotros, y reparte salomónicamente los últimos dos Compeed que tiene entre las 3 rozaduras de los chiquillos, así que para agradecer de alguna manera el detalle, tomamos otra ronda y le damos la mitad de la empanada que hemos llevado de almuerzo…Bueno, algo menos de la mitad, porque la verdad que estos dos chavales comen como limas, y cuando el hombre se quiso dar cuenta, ¡ya los tenía metidos en la cocina oliendo el puchero!


Yogui, el perro pastor del Refugio al que sólo le falta hablar, nos deleitó con sus dotes taurinas espantando a toda res que osaba atravesar la praderita del refugio a base de mordiscos en el rabo. ¡Ni el Cordobés en sus mejores tiempos, oiga!


Nos despedimos después de una buena parada, esperando llegar a tiempo para comer en Cangas de Onís.


De nuevo en La Rondiella:


Aquí en la especie de “pista de aterrizaje balizada con hitos”, donde no sé si mi chico me está indicando la marca de sendero , o que como alguna vaca se ponga tonta se lo arroja a la cabeza…


La verdad es que algunas de esas vacas tienen más cuernos que el pobre Cuqui, y cuando pasas a su lado , lo haces con cierta inquietud mirándolas de reojo. No te digo ya a los toros…Mejor no arrimarse mucho a los terneros, no sea que alguna mamá vaca se ponga nerviosa.

Pobre Cuqui de La que se avecina...
Ya vemos la pista de tierra que nos trajo desde el Lago Enol:


Y muy poquito después, ya divisamos el aparcamiento. Tal como llevan los pies, no me extraña que se alegren los pobres…


En resumen, una ruta apta para muuuuchos públicos, con poco desnivel (unos 350m), ideal para una pasar una mañana sin dejarnos KO el resto del día, en una de las zonas más amables de Picos de Europa. A nosotros nos llevó unas 4 horas y media ida y vuelta con un buen descanso en el refugio, pero el tiempo que suelen darle es de hora y media para llegar.


De la ruta a Vega de Ario, ya hablamos el año que viene si eso, porque con las rozaduras, como que se fastidiaron los planes montañeros para el resto de vacaciones…

Lo importante es que el blog ha estrenado nueva sección de “Peque-Rutas”, o Rutas para los más Pequeños, y esperemos que sus entradas se conviertan en algo habitual.


Más info:

Para ver más fotos del recorrido: