Llegó septiembre, y con él las ganas por hacer algo decente antes de que el verano termine.
Los cabrones de Rafa y Miguelón se fueron en Julio una semana a Alpes con otros chicos del club, y además del Mont Blanc se apuntaron la Petit Aguille Verte y el trekking por los balcones de La Mer de Glace. Casi me muero de la envidia al ver las fotos... Encima, como si les hubieran dado un curso de Alpinimo, porque Paco,nuestro maestro particular, les enseñó varias técnicas de progresión y rescate en glaciar, así como progresión en ensamble en crestas. ¡Dita sea que me lo perdí! Pero este no iba a ser mi año, por distintas causas que esta vez no son excusas baratas. Para mí el verano había sido prácticamente nulo en cuanto a montaña se refiere: pequeño resumen pinchando aquí.
Rafa propuso una circular al Llambrión, y Miguel el cresterio del Vignemale. A mí me interesaba mucho el Vignemale...pero por la normal. Su propuesta era bastante cañera: salida desde Bujaruelo, Corredor de la Moskowa con vivac intermedio, cresterio hasta el Grand Vignemale, noche en Outlettes, y vuelta a Bujaruelo. Demasiada caña para hacerlo con mochilas, ya que obliga a pasos de III o III+ ...
Como tantas otras veces, la que decidió fue la Meteo: muy mala para todo Pirineos, algo mejor para Picos, y buena para Gredos. Lo razonable hubiera sido Gredos, pero Miguel habís estado el finde anterior, y aunque Rafa acababa de volver de Picos, nos decidimos por Picos. Miguel quería hacer la Torre del Oso, pero lo vimos demasiado cañero para unos novatos como nosotros , y al final retomamos el plan de Rafa: Subida por la Jenduda, vivac intermedio, subida al Llambrión, Cresterio hasta el Tiro Callejo (propuesta de Miguelón), bajada al refugio de Jermoso, y vuelta a Fuente Dé por los Tornos de Lliordes. Al final resultaría un plan estupendo, máxime teniendo en cuenta que la previsión no era nada buena, y al final sólo nos llovió algo la segunda noche.
Día 1
Veo muy animado a Miguelón, así que a última hora le pido a Rafa que por favor se pase por el Decathlon mismamente y pille un juego de fisureros. Hasta ahora todos los picos que he hecho han sido de andar, y esta va a ser mi primera experiencia con trepadas. No me hace mucha gracia eso de “ir a pelo”, y prefiero llevar algo por si las moscas. Finalmente llevamos 2 cuerdas de 30m*8mm , cintas y cordinos, y los fisus. Salimos de Alcobendas a las 13:00 aprox, y llegamos a Fuente Dé unas 5 horas y pico después. Apenas hemos parado por el camino para comer una deliciosa empanada casera que ha hecho Sonia, la chica de Rafa, y éste nos ha traído rapidito por la carretera desde Cervera del Pisuerga. Es todo un alivio llegar y ponerse a andar con el aire fresco, casi vomito de tanta curva y contracurva. Un último repaso a las mochilas a ver si se puede aligerar algo, y ná: por más que remiro al final llevaré como unos 13 o 14 kg a la chepa. Hay que tener en cuenta que cada uno llevamos unos 3L de agua, ya que una de las carácterísticas del duro entorno de Picos ,es precisamente la falta de fuentes. Miramos el cielo ,que está entre nubes y claros, y esperamos que aguante lo suficiente para subir la Jenduda sin mojarnos.
Por este camino se gana altura rápidamente.
Estos parece que llevan un petardo en el culo. La verdad que no podemos entretenernos mucho porque vamos con el tiempo casi justo, pero no puedo evitar pararme a sacar fotos de vez en cuando. De subida vamos teniendo nuestro primer contacto con el que será nuestro medio natural el fin de semana: las pedreras.
¡Y joder con las pedreras! Además de ser incómodas, te hacen estar muy muy atento para evitar un resbalón tonto.
Además los tres vamos con zapatillas, y hay que poner cuidado con los tobillos. A medida que la Jenduda se empina y se estrecha, más cuidado hay que poner. Así que si bien el paso “clave” de la Jenduda es este bloque que se supera con ayuda de cuerdas fijas (una de ellas en muy mal estado) ….
…Serán las pedreras posteriores las que nos harán empapar la camiseta, borrándote la sonsrisa del careto…
Lo cojonudo fue que al poco de pasar la Jenduda nos encontramos con una pequeña explanada de hierba donde poder montar la tienda. Todo un lujo teniendo en cuenta el océano de piedra que es Picos...
El día no dio para mucho más: hacer un poco el mono con los fisureros intentando empotrarlos en algún bloque de piedra, cena a base de embutido, y al saco que en cuanto se va el sol refresca. A Dios gracias, la previsión para el viernes no se cumplió y no tuvimos lluvia. De hecho, los tres pasamos bastante calor dentro de la tienda (sí , yo también creo que estos se me arrimaban.más de lo necesario ...)
Día 2
A los que nos gusta salir al monte, nos encantar dormir en el monte. Pero la verdad que cómodo no es, y uno malduerme a ratos. Que si se te duerme el hombro, que si echas de menos la almohada, que si qué ha sido ese ruido …Por eso, cuando al principio me pareció escuchar voces humanas en la oscuridad, pensé que era mi imaginación. ¡Pero qué coño! Cada vez las oía más cerca, eran reales. ¡Demonios! ¿Serían de nuevo los picoletos que venían a multarnos por plantar la tienda como en La Besurta?
-- Rafa, Rafa. Tio que viene alguien
A través de los ventanucos que tienen las tiendas Marmot vi 2 frontales acercarse, y pasar de largo.
-- Cuidado con los vientos – dijo uno de ellos. Teníamos la tienda justo en mitad del camino.
Costaba dar crédito, pero lo cierto es que acababan de subir 2 pollos por la Jenduda a las 5:00 de la mañana, en plena noche, sin más luz que las de sus frontales. Vamos, que entre lo que se tarda en subir, y lo que hubieran tenido que recorrer por carretera, se habían metido un madrugón de cojones.
Nosotros nos lo tomamos con más calma. Nos levantamos a las siete, recogimos la tienda , y desayunamos un cola-cao Energy. En teoría, el Llambrión no debía llevarnos más de 2:30 o 3 horas desde donde nos encontrábamos, pero tampoco podíamos entretenernos mucho, porque aunque la previsión para el sábado por la mañana era buena, sabíamos que por la tarde daban lluvias. Así que con las primeras luces, como una hora antes de que empezara a funcionar el Teleférico (en verano empieza a las 9:00) , ya estábamos camino a Cabaña Verónica.
¡Cómo cambia el paisaje con la nieve! Acostumbrado a verlo todo blanco, me cuesta reconocer el camino.
Si miramos hacia el Tesorero, vemos el cielo despejado. Pero …si miramos hacia El Cable, vemos un auténtico mar de nubes (foto de Rafa)
¡Me encantan las vistas de los mares de nubes! Es uno de los premios que obtenemos los que sudamos la camiseta en la montaña. Eso sí, esperemos que aguanten ahí abajo todo el día y no les de por hacernos compañía …
Paramos en Cabaña Verónica a tomar una Coca-Cola (mira que el camino no es nuevo, pero nos ha hecho sudar con los mochilones) , y allí se nos acopla un tal Luis, curioso personaje muy entradito en años, y que pretende subir la Torre Blanca. Le acogemos para acompañarnos hasta la Collada Blanca, y el pobre hombre tiene un despiste del 13, haciéndonos errar el camino 2 veces.
Vamos siguiendo unas marcas rojas , hasta que de repente uno de los guardas nos grita desde el refu que vamos mal.
- ¿No hay que seguir las marcas rojas?
- No hombre no, eso es para ir al Tiro Tirso – nos responde como diciendo “pedazos de alcornoque”
Así que el amigo Luis nos hace retroceder sobre nuestros pasos, para de nuevo llevarnos por el mismo camino recorrido, antes de ,este vez sí, girar a la derecha.
- Oye, pero,¿no hemos pasado ya por aquí? Este puente de roca lo acbamos de cruzar – me dice Miguelón entre risas, a lo cual respondo afirmativamente con la cabeza.
Seguimos el camino que nos indicó el Guarda, pero al poco tiempo se vuelve a empeñar en llevarnos hacia la izquierda. Para una vez que me oriento bien, nadie me hace caso.
- Yo creo que tenemos que ir por esa especie de faja en la pared de la derecha , para así no tener que atravesar todo el Jou que tenemos enfrente, y bajar y subir en balde.
Pero nada, vamos todos detrás de nuestro guía Luis el despistado, hasta que resulta demasiado eviendete que nos hemos equivocado, y vemos a una pareja andando por la faja que yo dije.
¡Aiinnnnnsssss!
Mira que identificamos bien el pico y el Tiro Callejo con la ayuda de la fotocopia del Libro “50 ascensiones clásicas” del tito Lora, pero ninguno nos molestamos en leer la descripción de la ruta, donde comenta la susodicha faja “sin perder altura”.
Ahora sí, por fin tomamos el camino correcto por la faja. Tengo cuidado con los tobillos mirando bien donde planto el pie, pero aún así, me choca un poco el lateral de la zapatilla contra una roca, haciéndome daño en el dedo pequeño izquierdo. ¡Joder! Con la suerte que tengo igual me lo he luxado …No ,parece que lo puedo mover. Pero ¡ostias! Sí me duele, sí. De todas maneras, tengo que salir de este camino de cabras, así q tiro palante.
No será hasta salir a la Collada Blanca cuando pare para verme el pie. Me quito la zapa temeroso, y en principio parece que está todo OK y lo puedo mover. Me duele cuando lo muevo hacia abajo o intento retraerlo, pero no parece roto. Eso sí, me va a estar jodiendo en todas y cada una de las bajadas por pedreras infernales que tenemos por delante....¡y son unas cuantas!. Lo único que espero es que no me impida subir por la chimenea del Llambrión.
Así, despedidos ya del amigo Luis y con una preocupación añadida a la trepada que me espera, llegamos a la base de la chimenea, tras subir oooooootra pedrera más , y sin casi rastro del nevero perpetuo.
Yo quiero subir la chimenea sin mochila, pq estoy hasta los huevos de llevarla a la chepa, y creo que nos puede molestar bastante. Pero estos tienen claro que vamos a crestear hasta el Tiro Callejo desde la cima, así que tienen que venir con nosotros. Pues nada, me pongo los trastos y que sea lo que Dios quiera. Rafa señala la chimenea equivocada, una de color amarillo, y doy gracias por haber mirado alguna página en Internet y señalar la correcta, porque tela la pinta que tenía la otra …
Estas trepadas no tienen dificultad, pero estoy nervioso y no me gusta la idea de subir a pelo. Además, para eso hemos traído los trastos, ¿no? Así que sacamos la cuerda, cintajos , fisus y demás, y Miguelón se ofrece para ir de primero. Para no mostrar toda mi valientrofia, les propongo ir en ensamble, y así no perder tiempo montando reuniones y demás.
Empieza Miguelón, mientras Rafa y yo nos quedamos en una repisa, y nos avisa que uno de los bloques se mueve.
Le sigo yo, mientras Rafa nos comenta que le dejemos el sacafisureros, que se nos ha olvidado dárselo.
“Venga tranqui que esto es un puto grado II y puedo hacer V sin problemas” , me digo. En esto que echo la mano derecha a un pedrolo y ¡zas! ¡Se me viene encima el cabrón! ¡Ossstia putaaaa chaval! Es un pedrolo enorme, lo tengo sujeto entre el hombro ,el pecho y la pared. No quiero que me caiga en un pie, ya tengo el dedo jodido, pero tampoco quiero que le caiga a Rafa. Le aviso de que voy a soltar un pedrolo enorme, y se aparta a un lado. Vuelvo a avisarle, y lo dejo caer. ¡Brrruuuuummmm! Cae a toda ostia armandoun estruendo incréible, pasando muy cerca de Rafa. ¡Joder! Es lo más acojonante que me ha pasado nunca en la montaña. Se parte al caer sobre la pedrera de abajo, levantando una pequeña nube de polvo. Gracias a Dios que Rafa está bien, y que no había otra cordada detrás de nosotros. No exagero un ápice: podía haber ocurrido una desgracia. Esa piedra pesaba bastante, fácil unos 6-7kg. El casco no hubiera servido de nada. Con el susto en el cuerpo, noté como la mochila se me trababa en la chimenea. ¡Ya temía yo que eso pudiera ocurrir! Mira que puse el aislante en vertical, pero ni con esas. Me pegué a la roca todo lo que pude,y más que subir, repté. No sé ni como, pero llegué a la siguiente repisa al lado de Miguelón. Para la próxima vez, habrá que pensar en llevar una colchoneta inflable dentro de la mochi, aunque Rafa llevaba una de esas y aún así también se atascó en el mismo paso.
Reunidos los tres en la segunda repisa, echamos un vistazo a lo que nos queda. Es el paso más difícil, porque extraploma. Para salvarlo hay que ir por la derecha, saliendo de la chimenea, lo cual acojona un poco porque quieras que no la chimenea parece que te protege más en caso de caída, y vas a quedar empotrado. Monto una precaria reunión con un cintajo alrededor de un bloque, esperando no arrastrarlo pabajo como el otro. En caso de caída puede que no fuera sufciente, pero al final el paso es más fácil de lo que parece y lo único que necesitas es el factor psicológico de la cuerda.
Había leído que la salida te dejaba directamente en la aérea cresta hacia la cima, pero la verdad es que es una laja inclinada muy ancha, y no impresiona tanto como imaginaba. Aseguro a Rafa a la antigua usanza, pasando la cuerda por detrás de mi cuerpo, y buscamos la cima antes de que la niebla se nos eche encima.
Nos dejamos engañar por unos hitos que no sabemos muy bien dónde llevan, y volvemos sobre nuestros pasos para ,esta vez sí, alcanzar la cima del Llambrión. Parece que hay una eterna polémica de si es esta o Torre Cerredo la cima más alta de Picos, pero eso, al menos a mí, me da igual (foto de Rafa)
Para mí supone mi primera trepada en altura, y eso es lo que me satisface aunque haya tenido más miedo que vergüenza y me deje mal sabor de boca el incidente con el pedrolo
De las vistas de la cima no puedo decir mucho, porque las nubes que teníamos a nuestros pies han terminado por subir, envolviéndolo todo en una niebla que nos empieza a preocupar seriamente. Consideramos que el cresteo en estas condiciones se puede complicar, sobre todo si empieza a llover, e intentamos adivinar si los hitos de antes pueden llevar a Jermoso por otro camino.
No lo tenemos nada claro, no sabemos a dónde pueden llevar los hitos. Destrepar lo que acabamos de subir creo que a ninguno nos hace mucha gracia. Decidimos seguir por la cresta, hasta que llegamos a un paso que parece complicado. Se trata de una brecha que podemos bajar bien, pero que presenta un resalte de unos 5m al otro lado, con un muro muy liso a la entrada. A mí me parece realmente difícil de trepar, amén del ostión que te espera como te vayas pabajo, así que vuelvo atrás para ir preparando un rappel. Hemos visto un clavo oxidado con cordino en la salida de la chimenea amarilla, y aunque no tiene buena pinta, creo que lo podemos reforzar con un cintajo a un pedrolo que hay encima. Además, el clavo queda bastante bajo, y es mejor montar algo para alcanzarlo. Me esmero en pasar el cordino alrededor del pedrolo como si de un puente de roca se tratase, pero para cuando lo tengo listo, Rafa me dice que Miguel ha bajado la brecha y podemos dar el paso sin problemas. Hay un vivac de altura al otro lado y tienen claro que la cresta va por ahí. Resignado, lo desmonto todo y me dirijo a la brecha, que es bastante ancha para estar los tres sin ninguna sensación de patio. Miguel ha visto que más hacia la derecha del murete liso está más escarpado, y Rafa se lanza a subirlo. Detrás voy yo. El primer paso no lo veo claro, falta un apoyo para el pie derecho y el del pie izquierdo está bastante pulido. Como dudo , Miguel le dice a Rafa que tire la cuerda. No quiero dar la sensación de estorbo, y además nos estamos quedando frios con la niebla, así que tiro parriba confiando en que tendré buenos agarres para las manos, como así es. Miguel me ha echado la mano en el culete para darme más seguridad, e intento devolverle el favor ofreciéndole mi mano desde arriba aunque la verdad es que el paso difícil era la entrada desde abajo.
Vemos entonces alguna marca de pintura amarilla que nos confirma que vamos en el buen camino, y llegamos a la siguiente y última dificultad de la cresta. Otra brecha, creemos que la característica V que se apreciaba desde abajo, que presenta un destrepe (en nuestro sentido) de unos 5m de altura, y que optamos por rapelar para mayor seguridad, ya que ha despejado algo la niebla, y la sensación de patio es mucho mayor que en la brecha anterior. Hay un buen bloque que se presta para montar el rappel justo encima del espoloncillo , pero no tenemos un cintajo suficientemente grande como para rodearlo, así que pasamos la cuerda directamente (segunda foto de Rafa, la que se ve bien, vamos).
Ni que decir que luego no había un Dios que sacara la cuerda de detrás del bloque….Yo subí por el lateral a intentar liberarla , pero finalmente Rafa subio, la puso algo más arriba esperando que no se saliera, y yo se la tensé para que la empleara a modo de pasamanos en vez de rappelar.
Por cierto, ¿te has fijado como me colocaron la cuerda estos cabrones? Se me enganchó en un pedrolo, menos mal que no era un sitio delicado.
Seguimos algunos hitos, ya acabada la cresta, y al llegar al Tiro Callejo tenemos la suerte de que la niebla se abre mostrando la increíble vista del Jermoso desde ese punto, y todo lo que nos queda por bajar.
Bajada laaaaaaaaarga laaaaaarga, y como no, por delicadas pedreras que te hacen agarrarte a las paredes o lo que encuentres, y culear en más de una ocasión. Así que ale, con calma y todos los sentidos puestos.
Así hasta llegar al rappel montado sobre el bloque empotrado, que presenta buen aspecto, pero que se podían haber esmerado un poco más y haber puesto 2 argollas como Dios manda en vez de 1 sola chapa...
Rapelamos una pirmera parte que nos salva el gran bloque característico, pero después a Miguel se le ocurre que, ya que llevamos 2 cuerdas, podemos prolongar el rappel para que nos deje en un sitio más cómodo en vez de seguir destrepando con cautela. A todos nos parece bien porque estamos un poco hartos de tanta pedrera, así que empalmamos las cuerdas,y pabajo. Te acordarás del cabo que hay que tirar, ¿verdad Miguelón?
Total, nos vamos a jartar de pedreras hasta llegar a Jermoso…Bastaba echar un vistazo al refugio, para darse cuenta de que todavía nos quedaban unos cuantos resbalones que sufrir. Las tres figuras que se ven en la foto son de dos canarios que llevaban una especie de lanzas que usan los pastores para moverse por los acantilados, y con las que salvaron el paso que acabábamos de rapelar. Después, tomando una cerve, pudimos seguir su descenso algo más abajo, salvando algunos pasos que nos pusieron los pelos de punta. Llegamos a temer ser testigos de una desgracia, que afortunadamente no llegó a ocurrir. A nosotros nos pareció peligroso el uso de esos artilugios, por miedo a que actúe de pértiga y te lance al vacio, pero la verdad que salvaron unos pasos de infarto.La chica de los bastones parecía llevarlo peor, pero luego hablamos con ella, y es una asidua de Picos, con amplia experiencia incluso en escalada Alpina, así no había por qué preocuparse.
De todos modos, las angustias que vivimos viendo bajar a estos chicos, las debimos provocar nosotros a su vez, pues nos escoramos demasiado a la derecha en el descenso, y tuvimos que hacer alguna travesía para encontrar el camino, que desde abajo debió parecer peligrosa.
-- Casi os enriscais,¿eh? – Nos comentó alguien al llegar al refu.
La verdad que desde abajo, impresiona ver a alguien progresar por las rocas. La caída es tremenda...
Me encanta esta imagen de Rafa y el increíble refugio de Jermoso. Parece que se encuentre en un paisaje de J.R.R Tolkien. Pero ni siquiera la foto puede recoger las sensaciones que allí se experimentan: Resulta todo un espectáculo observar como las nubes suben desde abajo de todo ese gran desnivel, lo cubren todo, y al momento se disipan. Es bastante desconcertante....y fascinante. Cabaña Verónica y Tucarroya son refugios con mucho mucho encanto para pasar una noche, para en cuanto a ubicación, éste es el más excepcional que he visto hasta el momento.
Encontrar el camino correcto fue todo un alivio: sabíamos que no había plazas en el refugio y queríamos plantar la tienda cuanto antes en previsión de lluvias, así que debíamos encontrar un buen sitio antes de que comenzaran a llegar más tiendas, pues allí el terreno llano y mullidito, es un bien escaso.
Llegamos al refugio a las 16:30 o 17:00. Ya sólo teníamos que preocuparnos por encontrar un sitio lo más llano posible para plantar la tienda. Los mejores sitios estaban ya pillados, pero aún así encontramos uno bastante decente.
Aquí a las amigas gallinas les debía poner cachondas el color camiseta-de-la-selección-holandesa de la tienda de Miguelón, porque se pusieron a picotear el doble techo en cuanto lo sacamos de la funda. Menos mal que vieron sacar el bocata a alguno y se tiraron como locas a acosarlo.
Una vez plantada la tienda, a disfrutar cómo no de unas merecidas cervezas, y a llenar un poco el estómago, porque llevábamos unas 8h con sólo una barrita de cereales desde que desayunamos...
La previsión finalmente se cumplió y aquella noche llovió, pero no podíamos quejarnos: nos habíamos librado durante todo el día, y si nos hubiera pillado en mitad de la actividad, las cosas se hubieran complicado muchísimo. Aquel no es un buen terreno para caminar con lluvia...y menos con mi dedo-berenjena. Creo que a mis 5.10 les hace falta un poco más de refuerzo lateral en la puntera.
Día 3
No teníamos demasiada prisa por levantarnos, y estuvimos tentados de ignorar al despertador. Pero una vez más la suerte nos sonrió, y a los pocos minutos de sonar, cesó la llovizna.
-- ¡Vamos a aprovechar para recogerlo todo y que no se moje la tienda interior chicos! – Propuso Miguel. Y efectivamente, pudimos recoger todo sin lluvia. Un café rápido en el refu, y en marcha.
Yo no llevaba más que un chubasquero y el forro cortavientos, y las zapas sin membrana, así que sabía que me exponía a acabar calado hasta los huesos si llovía abudantemente. Pero como digo, el tiempo estuvo de nuestra parte, y nos dejo hacer todo el camino de regreso con tan sólo un poco de niebla que empapaba el pelo. ¡Menuda suerte tuvimos! Me preocupaba que tuviéramos que movernos por rocas mojadas, pero el camino hacia los Tornos es camino camino, muy marcado y pisado. De hecho, casi toda la gente que había en el refugio había llegado por esa parte, para hacer La Palanca. Es la subida más asequible del refugio.
Poco a poco fuimos dejando el refugio atrás, hasta perderlo de vista por la niebla, y de repente, cuando llegamos al punto más alto ,¡sorpresa!. El tiempo se muestra mucho más despejado hacia el otro valle, y el sol comienza a calentarnos.
¡Fenomenal! Volvemos a librarnos de las lluvias, lo cual es de agradecer, porque poco después tendremos que atravesar algún tramo más aéreo, sin dificultad, que me recordaba a la “Faja de las Flores” ,aunque mucho menos impresionante y corto, y que bauticé como “Faja de las Pedreras”.
El resto del camino sin dificultad, pero se nos hizo muy largo, a pesar de que se calculan 3 horas desde Jermoso. Supongo que debido al cansancio acumulado, sobre todo por el peso de las mochilas, y yo particularmente, porque el dedo del pie me seguía molestando en cada bajada pronunciada. Además, había que ir atentos a las piedras mojadas, y la niebla nos ocultó las vistas de Fuente Dé desde los tornos, lo que hizo más aburrido el descenso.