Para el finde del 25-26 Feb, el amigo Paco, maestro tanto en el monte como en las aulas, había propuesto hacer la Norte del Mulhacén. El año pasado, casi por estas mismas fechas, varios del Candas nos repartimos en 2 grupos para hacer Veleta y Mulhacén ,y la verdad, me quedé con ganas de acoplarme al grupo de la Norte. No debí ser el único, pues en aquella ocasión también vinieron Miguelón y Paco (a los que de hecho conocí en esa salida), así que en seguida el plan tomó forma. En esta ocasión, echaríamos de menos al inestimable Rafa, quien no pudo acudir por felices compromisos familiares.
La idea inicial era salir de Capileira, subir a Poqueira, y desde allí a la Norte. Más o menos…La cosa no estaba muy clara, y la fecha se acercaba sin tener nada concreto. Pero vamos, hasta tal punto, que justo el día antes de salir, el jueves 23, Paco sugiere en un intercambio de correos aquello de “Oye, y ya que vamos pallá, ¿por qué no hacemos también el Canuto del Veleta?”
¿Ein? ¿Norte del Veleta y Norte del Mulhacén a la vez?
Esa misma tarde tengo que llamar a Miguelón, porque a las 8 de la tarde todavía no sé siquiera si me tengo que llevar el saco de plumas y la esterilla , vamos de refugio, o qué leches vamos a hacer.
-- Sí, sí, tu llevate tol equipo invierno. Ve lo más ligero que puedas, pero lleva comida ,gas ,etc
Fale. Me encanta sobar en el monte, me encanta patear por el monte, y me encanta subir algún pico con los piolos. Pero cuando todo se mezcla a la vez, se resume en una simple palabra: palizón.
¿Me retiro o no me retiro? Llevo casi 3 semanas jodido de una pierna por un sobreesfuerzo corriendo (a los que no estamos acostumbrados a bragas, las costuras nos hacen llagas), y aunque el miércoles la fisio obró milagro y me descartó que fuera ciática (se trataba del isquiotibial), temo que me pueda romper en mitad del pateo…Ná, las ganas de monte pueden, y al final me pongo a ordenar los 13-14kg de mochila, a falta de la cuerda o hierros que me toque del reparto de material técnico, esperando aguantar el tirón.
-- Como no tienes la musculatura muy desarrollada, con unos simples estiramientos en seguida sentirás mejoría.
¡Joder! Ese comentario, viniendo de una mujer que te está viendo en gayumbos, por muy fisio que sea, cuesta tomarlo con agrado…
Día 1
Hora zulú 05:30. Esta vez Paco no nos ha puesto la calefacción en la VW California, y como no hemos dormido muy bien debido a las apreturas (3 tios en el techo, doy fe de que aquello no se hunde por las buenas) y debido a los ruidos de aquellos que llegaron más tarde que nosotros al parking, cuesta salir del saco.
La sensación de frio se difumina con los primeros pasos, y en seguida nos damos cuenta de que la previsión se va a cumplir regalándonos un tiempo de lujo.
La otra cara de la moneda de tanto fin de semana seguido con buen tiempo es la escasez de nieve, con calvas incluso a más de 3.000m en las inmediaciones del Veleta, al que ya vemos a tiro de piedra o de bola de nieve, como se prefiera. Al grupo que se ve bastante por delante pronto le daremos caza y nos lo volveremos a encontrar después.
Hasta aquí el camino es muy aburrido, siguiendo la pista de asfalto primero, y remontando las pistas de ski después. Pero todo eso va a cambiar como de la noche al día, en cuanto nos asomemos a los Corrales del Veleta…
¡Guau! ¡Menudas vistas! Desde aquí podemos observar todo lo que nos espera, excepto la trepada final.Empezamos a empalmarnos al tiempo que comentamos aquello de “esperemos que no esté tan tieso como parece desde aquí”.
Sacamos cuerdas, a las que también obligamos a empalmarse, y preparamos el rappel desde la instalación con cadena que se aprecia en la foto. Más a la izquierda según se mira a la pared, hay otra con dos chapas, pero habría que dejar algo, osea que resulta más incómoda.
El primero en bajar es Paco, que sabiamente utiliza un shunt para asegurarse, y nos aclara que, desde su punto de vista, es mejor colocarlo por debajo del descensor por si se bloquea en una parte volá. A mí me llama la atención, porque cuando lo utilicé en espeleo, años ha, lo colocábamos por encima del descensor. Pero sea de una manera u otra, lo que está claro es que es conveniente llevarlo. Así que apunta.
El rappel es tocho, no sobra mucho de las 2 cuerdas de 60m que utilizamos. Según bajamos, aseguramos al siguiente cogiendo las cuerdas por si fuera necesario tensarlas. Resulta más fácil cuanto más a la derecha te eches, según bajas.
Miguelón ha bajado caminando por no sé dónde, y lleva un rato esperando. Antes de que Pablo termine el turno de los rapeles, decidimos alejarnos prudentemente de la pared, a la vista del pedrolo que , por fortuna, se ha detenido a medio camino.
Diossss que preciosidad! Tan sólo la primera parte, una travesia con bastante exposición, ya promete.
Y, efectivamente, no defrauda:
No es un buen sitio para parar a atarse los cordones, no …
A mí este paso, si cabe, me gustó más incluso que el tubo en sí, porque en el tubo digamos que uno lleva un paso más natural, mientras que en la travesia, tienes que ir cruzando pies con mucho cuidadín, recordando a cada momento que llevas los pinchos puestos, y que hay que llevar cuidado de evitar uno de esos enganchones tontos con los guetres.
Ole por aquellos que inauguren cada temporada abriendo la primera huella.
Terminada la travesia, encaramos el tubo, a ver si es tan tieso como nos parecía de lejos.
Los primeros pasos no se hacen mal y casi hasta resultan tranquilizadores.
Y justo hacia el final, es cuando más se empina la cosa.
Se hace bien, pero por supuesto hay que tener la debida experiencia con crampones como para afrontar 45º bastante mantenidos. Como dijo Paco, no es un sitio para llevarte a alguien y decirle “estos son unos crampones, y esto el canuto del Veleta. Ale, parriba.”
Aunque no encontramos hielo, y alguien con bastante experiencia podría manejarse, creo que lo prudente es llevar 2 piolets, aunque uno de ellos sea de travesia (con la hoja lo suficientemente perfilada), como fue mi caso.
A la salida del tubo, y siguiendo la tónica de improvisación que está caracterizando la salida, debatimos por dónde tirar. Se suponía que íbamos a rapelar hacía el otro lado para encaminarnos al refugio de Caldera. Miguelón quiere bajar por la cresta hacia los Machos.
Pero Paco ya se ha separado del grupo, y comenta que la trepada es corta y tiene pinta asequible, así que mejor terminamos la via. A mí, la verdad, ambas cosas me resultan complicadas, pero por lo menos la trepada ya la he visto en fotos en esta magnífica descripción http://www.poscojonuo.com/sierra/alpinismo/240405/cular1.htm , y como está claro que lo que no vamos a hacer es rapelar, casi prefiero trepar que destrepar. Así que parriba.
Primer murete, el más expuesto:
Segundo resalte, el más vertical y dificilillo:
Y del tercer resalte no hay foto, pero ya tienes la caseta a vista y es el más fácil de todos…
Para mí, que no tengo ni puta idea ni más experiencia para comparar que Llambrión, Casquerazo y Almanzor, la Fidel-Fierro sería un II, del estilo del Llambrión. Alguno de mis compis, todos ellos bien curtidos, dicen que algo más. En Internet hay graduaciones desde el I hasta el III, así que es difícil concretar algo. En general, la dificultad global de la via estaría entre el PD y el PD+.
Lo que sí me tranquiliza, es bajar por la suave loma hacia el Carihuela. Si hubiera que destrepar por donde hemos subido, otro gallo o trepallina cantaría…¡Co co co co co!
En la cima, un travesero nos ha recomendado pasar la noche en el Villa Vientos en lugar del Caldera . “Me gusta vuestro estilo de ir al Caldera”, comenta cuando le decimos que venimos de hacer la Norte. Como vamos bien de tiempo, es muy probable que no tengamos problema de plazas, y las vistas son mucho mejores. Pilla más lejos, pero te evitas algún subeybaja, y además, tal como está la nieve, parece que la pista está muy pateable.
Pero vamos con calma, que todavía queda mucho, y antes hay que atravesar el Paso de los Machos…
Un paso con cadena donde lo más difícil es alcanzar el primer tramo asegurando bien el piolet, y que como reza la pintada, hay que tener la precacución de cruzar de 1 en 1, por aquello de tener uno de los eslabones roto…
…Pero que yo, prefiero asegurar con un cintajo al arnés por si acaso (foto de Miguelón)
Punto final a las emociones por hoy. Ahora queda tol pateo por la pista que clarea entre la nieve como cartón entre mata de alopécico, que aunque en buenas condiciones, no deja de ser un coñazo a media ladera. Nos encontramos de vuelta al grupo que vimos por delante cuando nos dirigiamos a los Corrales. Como, de no haber plazas en Villavientos, tendríamos que ir al Caldera, les pregunto al ver que se dan la vuelta.
-- ¿No quedan plazas en el Caldera?
Y entonces me aclaran que ni siquiera han llegado, que pensaban hacer el Mulhacen, pero que como hay gente primeriza en el grupo, han decidido darse la vuelta.
¿Comorl? ¿Les queda mucho menos camino para llegar al Caldera que regresar a Pradollano, y deciden desandar todo lo que llevan? Mi no entender, a menos que alguno esté fastidiado por la altitud , que tampoco debe ser mucha …
-- Pues macho, se van a acordar bien de ti los primerizos después de haberles hecho cargar con todo el equipo…
Vamos cansados, deseando llegar, asfixiaos bajo un sol más propio del mes de Mayo que de Febrero, por lo que no es de extrañar que cuando avistamos el refu, nos tiremos como locos a quitarnos las pesadas mochilas dandonos más empujones que a la entrada del Metro en hora punta.
Invertimos el resto de la tarde, que es mucha (son las 15:00 aprox) , perrando al sol entre picoteos ,estiramientos y cazos de nieve fundida.
De nada sirvieron las múltiples discusiones entre los chavales por hacerse con un hueco para dormir a mi lado, y antes de que el sol se escondiera, un grupo de 7 personas vino a restarnos la comodidad que pensábamos ibamos a disfrutar.Nosotros 5 ocupamos la litera corrida de arriba, y ellos se acoplaron como pudieron en la de abajo, con el añadido de que además había tablas levantadas…No es un buen sitio para tanta gente, no creo que pasaran buena noche los pobres. Eso sí, aunque al refu el nombre de Villa Vientos le va como anillo al dedo, aquella noche no pasamos ni pizca de frio, sino todo lo contrario.
Día 2
De nuevo en pie a las 05:30. No han servido de nada los rezos de “por favor que no sea la hora, una cabezadita más”, aunque he de decir que he dormido bastante mejor de lo que esperaba. Seguramente, han ayudado la ristra ibuprofenos que nos hemos repartido entre todos. Así que deshecho de mi cabeza los pensamientos de no hacer la norte del Mulhacen que he tenido al quejarse mi dolorida pierna, y arrastro mi molido cuerpo al frio exterior para vestirme de romano, después de untarme bien de Voltarén. Si en la aproximación siento peligro de gripaje, tendré la oportunidad de quedarme en el Caldera.
Hemos empezado a patear a las 6:40, y para cuando llegamos al Collado del Ciervo, ya vemos los frontales de una cordada a pie de via, y otra pisándonos los talones. Claro, es que desde el Caldera, se tarda un peo.
Una cosa tenemos clara por las reseñas que hemos leído: No hay que meterse en la primera entrada, sino en la segunda. Osea , en esta que se ve en la foto, la de la izquierda:
Momento de guardar bastones y sacar el segundo piolet. Como sucediera ayer, empieza suave, lo cual es de agradecer para ir soltando nervios.
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Ahora, eso sí, en seguida la cosa coge ambientillo:
Lo que me llama la atención, es que para las horas que son y la orientación en la que estamos, la nieve en estas primeras rampas esté bastante blanda. De hecho la siguiente palita venteada que se nos presenta, parece que pueda llegar a ceder.
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¡Qué ambientazo niño, qué ambientazo!
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Esos rayitos de Sol ni los olemos…
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…. Pero aprovecha bien el descansito para sacar una foto, porque la cosa se va enderezando y las pantorrillas ya están pidiendo clemencia.
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Parece que no vamos a encontrar ningún resalte de hielo como hemos leído en otras reseñas. Sí que hemos atravesado una pequeña zona donde sólo entraba la punta de los piolos, pero cubierta de suficiente nieve, y sin apenas inclinación.
Los chicos que nos siguen, a muy buen ritmo por cierto, deciden sabiamente tirar por las huellas que salen a la izquierda.
Nosotros, como me temia, vamos a tirar por la directa, osea, por tol centro, a chuparnos un IV con crampones…
Cuando nos acercamos a la zona de rocas, la cosa está bastante empiná, y la nieve mucho más blanda de lo apetecible. Primero es necesario realizar un flanqueo a izquierdas con más exposición que el escaparate de una pastelería. El ostión es de padre y muy señor nuestro, pero no parece complicado. Estoy animao después de la trepadilla de ayer. Pero,a Dios gracias, me preguntan que si me echan la cuerda.
-- Hombre, pues si me la echais, mucho mejor …
Detrás de mí está Pablo, que no necesita la cuerda, así que le digo que si quiere pase. Estamos en una repisa de nieve entrechica, incómodos con la necesidad de usar los piolos para mantenernos, y pasando frio, pero decide quedarse a hacerme compañía. Cuando por fin me encordo, compruebo que el paso tiene más miga de lo que parecía. Hay que echar las manos bien alto para encontrar apoyo, y los pies van en volandas. No es difícil, pero tela …
Paco ha montado reu en un cable enterrado en la nieve que no sabemos muy bien a qué está agarrado, si es que está agarrado a algo. Quizá perteneciera a la enorme cruz que vemos caída unos metros más arriba, que debió estar en la cumbre al estilo de la del Aneto. Me indica que siga mientras recoge la cuerda, y me reuno con el resto del grupo unos metros más arriba, ya totalmente a pide de la pared final. Toda la inclinación en esta parte es mayor que el resto del corredor, y la nieve, para estar a casi 3.400 en cara Norte, demasiado blanda. Estamos 3 tios apoyados en una pequeña repisa que ofrece poca confianza, así que Gonzalo me indica que mejor me eche algo más allá para repartir peso mientras Miguelón termina de preparar una reunión con un par de fisureros.
-- ¿Seguro que estás cómodo ahí niño? – me pregunta al verme apoyado en los piolos con tol tobogan a los pies.
-- No mucho, pero bueno …Pensaba echarme al lado de esa roca, pero tiene “rimaya”
Cuando Miguelón termina la reu, me acerco para asegurarme con un cintajo. Pero en ese momento llega Paco, quien nos advierte de que hay huellas más a la izquierda. Así que le sigo, to contento porque pienso que al final vamos a escaparnos por la izquierda sin escalar la pared, pero no. Se para y dice “es por aquí”. Y yo le sigo, y él empieza a trepar, y yo le sigo…hasta que llego al típico punto que ni palante ni patrás….¡Cagüen! Al final nos estamos metiendo en la pared con las cuerdas en la mochila, y esto no tiene nada que ver con lo de ayer: es mucho más vertical, y lo peor de todo: está roto que te cagas.
Gonzalo se percata, y le indica a Paco que monte reu y tire la cuerda. Pero mira tu, que da la casualidad de que, para repartir peso, yo llevo los friends y fisureros, y todo lo que este hombre lleva consigo, es un cintajo…Así que sigue subiendo, y sigue, y sigue, y le perdemos de vista. Gonzalo se cansa de esperar, y decide tirar parriba pa no quedarse congelao. Miguelón y Pablo deciden montar una reu con dos friends, y sacan la cuerda. A Paco y Gonzalo ni los vemos ni los oimos. Estoy muy frio, parado con los pies en una repisita. Incluso las manos se me están quedando heladas, porque no me atrevo a soltarme de los dos cazos que he pillado. Meto la punta del piolo en una fisura horizontal, y me pillo con un cintajo para descansar un poco. ¡Mamaaaaaa! No me pongo a llorar por miedo a que se me congelen los lacrimales, que si no…
Entonces veo que Pablo tira pariiba mientras Miguelón le asegura.
¡Momento! No me ireis a dejar solo aquí, ¿verdad?
-- Si ahora te van a echar la cuerda, no te preocupes.
¡Una leche! Yo no me quedo solo aquí, que ya me huelo el percal: me tiran la cuerda y se queda a la mitad.
-- Me pillo a vuestra cuerda con una gaza y subimos en ensamble tio, no me dejeis aquí.
A ver: seguramente no sea lo ideal. Pero ya que no hemos hecho las cosas bien desde el principio, prefiero eso a vermelas subiendo a pelo. No quiero parecer un anuncio de la DGT, pero coño, ya que llevamos tol finde con las cuerdas, vamos a primar la seguridad tronco. Fácil es, pero yo necesito la confianza de la cuerda aunque sea en precario.
-- Allí hay un cuerno de roca –apunta Pablo que ya está sobre mi cabeza- Que se pille y le aseguro pasando la cuerda por detrás.
¡Perfect! Con eso me vale tron.
Subo hasta casi la altura de Pablo, y me pillo a un cintajo que ha dejado Gonzalo alrededor de un bloque empotrado, que como el resto de pared no ofrece mucha seguridad, pero que por lo menos sirve de quitamiedos. En ese momento, Pablo, que ya ve a Paco y Gonzalo, me indica que ya me van a tirar la cuerda.
¡Titiritititititirititi! Por fin me pillo a la bendita cuerda, me quito la gaza de la otra, y me dispongo a subir. Pero, ay que a perro flaco todo son pulgas, que cuando ya estoy listo, veo que mi cuerda se ha enredado con la de Pablo y Miguelón, y me toca desencordarme en precario para deshacer el lio… Y no acaban los sustillos no. Aquí hay que ir con un cuidao que te cagas tanteando bien todo antes de traccionar, y a pesar de eso, apenas echo la mano a un pedrolo que parecia fiable, me quedo con el en la mano. ¡Joooooder machooooo! Ya estamos otra vez como en el Llambrión. No quiero otro susto con Miguelón como el que tuve con Rafa, así que con más paciencia que un santo, retiro a un lado todas y cada una de las piedrecitas de alrededor, y finalmente la tocha.
¡Joder! Esto no tiene nada que ver con lo del Veleta. Mucho más vertical y roto roto que te cagas. No puedo decir que disfrutara mucho esta trepada, al contrario que la de ayer. Sinceramente, y ya dejando a un lado mi gallinitis, no me parece un buen sitio para ir sin cuerda para nada. Y si me apuras, para ir con cuerda tampoco, porque no creo que haya muchos sitios fiables donde colocar algún friend/fisu que pudiera aguantar una caída. Ya puedes tener nivel Maribel, que aquí te quedas con el cacho en la mano a la que te descuides…
-- Venga que ya llegas – me anima Paco desde arriba.
Y por fin, un par de pioletazos más, y llego a la reunión que han hecho por todo lo alto. Y no lo digo porque sea una reunion VIP, no. Si no porque poco más, y la plantan en el geodésico.
Como ocurre cuando la cosa aprieta, no hay fotos de la trepada. Así que hay que conformarse con estas:
Aunque estamos al sol corre fregkete, así que foto rápida de cima, y pabajo cagando leches que nos queda la hueva.
Al final de toda el caminejo que se aprecia, al otro lado de la curva, está Villavientos, donde hemos dejado los sacos para ir más ligeros.
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Desde aquí, el Puntal de la Caldera también presenta una subida interesante. Apunta pa la próxima, cuando vengamos a hacer la Norte de la Alcazaba (¡jo jo jo!).
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Ya con las mochis de nuevo cargadas con los sacos, cazos,gas y demás, toca lo mismo de ayer, pero mucho más cansados.
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¡Joder macho qué asfixie! Pega un solitrón del copón. Me siento como Niki Lauda con tol sol calentándome la oreja.
Pero lo peor no es la vuelta por esta pista, no. Lo peor es la interminable bajada por las putas pistas de ski, que te obliga a acelerar el paso de vez en cuando para evitar atropellos.
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Seguramente , tanto los esquiadores como nosotros debemos estar pensando lo mismo: vosotros no deberiais estar aquí. En fin…Todo depende del prisma con el que se mire.
Y por fin, 12 horas más tarde, llegamos a los chiringuitos cerca de los coches.
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Bueno, 12 horas nosotros, que vamos “disfrutando del paisaje”. Paco y Miguelón, nos sacaron lo menos tres cervezas de ventaja (unos 45 minutos). ¡A Estos cabrones es que sólo les falta la cabra y el banderín!
El que de verdad lo tuvo que pasar mal fue el pobre Gonzalo. Cuando le vimos las ampollas reventadas, aquello parecía una pelicula gore.No te digo más, que al día siguiente me lo encontré por la calle y el pobre iba en chanclas.Sin coñas.
-- ¿Qué quereis tomar?
-- ¡Lo que sea pero con pajita!
Sabemos que nos queda por delante mucha carretera, y que no llegaremos a Madrid hasta casi las 02:00. Pero a pesar de las ampollas, a pesar del reventón, los labios quemados de “te pego un beso y te quito media cara”, las rozaduras de la mochila y demás, nada nos puede quitar la sonrisa de la cara. Nos hemos marcado un peazo actividad de la ostia, y estamos tremendamente satisfechos.
Gonzalo quiere ir en la parte de atrás de la furgo para descalzarse e ir tumbao. Yo voy de copiloto con Paco, y me reclino el asiento un poco patrás también. No es por el cansancio. Es que tengo miedo de que no me llegue la sangre al cerebro del empalme que llevo ;-)
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