Así las cosas, hubo que conformarse con bien poco en lo que a campo se refiere:
Que si un micro-paseo por los alrededores de la Bassa d’Oles, aprovechando nuestra estancia en Vielha :
Que si otro micro-paseo hasta ver la cascada del Cinca, allá en Bielsa:
Repetir el descenso del Sella, que ya probásemos el año pasado, que a falta de andar, bienvenidos sean unos remos :
En fin, nada destacable, salvo lo que a continuación voy a comentar, que me dejó buen sabor de boca, quizá por aquello de lo inesperado del asunto.
"Resulta de que" después de nuestra semana maratoniana en plan japonés, en la que habíamos visitado Vielha, Bielsa, Jaca, Bilbao, Pamplona y Vitoria, nos disponíamos ya a dirigirnos a Asturias, cuando, antes de abandonar ésta última ciudad, le digo a la family : "vamos a pasar un momento a ver si tienen algún folleto turístico en el Embalse de Ullíbarri-Gamboa, que quiero venir algún día a hacerlo con la bici, y está muy cerquita de aquí, de Vitoria".
Y mira por donde, nos encontramos con que en el mismo punto de información de Garaio, hay préstamo de bicicletas al simbólico precio de 2 euros ¡Qué bien!
Por 2 euretes cada uno, podemos disfrutar de bici en buen estado (al menos las que nos dejaron a nosotros), kit antipinchazos que se devuelve a la salida, casco para los peques, y te regalan un mapa con el recorrido detallado. ¡Bravo por la iniciativa!
La parien, al ver mi cara de felicidad, me dijo que aprovechase si quería, que íbamos con tiempo de sobra. Pero como tampoco era cuestión de hacerla esperar mucho, y de todas maneras luego había que conducir aún un buen rato, decidí hacer el recorrido cortito, de Garaio hasta Azúa por las pasarelas flotantes. Como una hora y cuarto a nuestro ritmo tranquilo, más o menos.
De todos modos, tampoco hacía ganas de mucha sudada, que el calor era asfixiante. De hecho, sólo unos de los chavales se animó a acompañarme.
Saliendo del punto de información con la bici puesta:
Hacia el embalse. Da igual el sentido que tomemos, nosotros giramos a la derecha al final de la pasarela.
Rodeando el embalse:
Primera pasarela flotante. La verdad que es una pasada. A la entrada hay un cartel que prohíbe expresamente el paso montado en la bicicleta.
Como es fácil cruzarse con peatones u otras bicicletas, nosotros decidimos hacerlo a pie, aunque mucha gente lo cruzaba pedaleando.
Seguimos rodeando el embalse. Ya asoma un poco el campanario por encima de la copa de los árboles.
Segunda pasarela a la vista:
Esta vez optamos por pedalear mientras sea posible, y bajarnos si nos cruzamos con alguien, que seremos respetuosos, pero no gilipollas... ;-)
Al final de esta pasarela, nosotros tomamos el camino de la izquierda, hacia Azúa, para el recorrido circular más corto posible:
Dejamos atrás "el puente hacia su jubilación", que dirían los de Mapfre.
...Y sin pérdida hasta Azúa:
Poco a poco dejamos Azúa atrás, siguiendo el caprichoso perímetro del embalse, unas veces a derechas y otras a izquierdas, como si fuésemos de Ciudadanos pactando con candidatos a las investiduras.
¿¿¿En qué dirección dices que sopla el viento????
Atravesando zona de cultivos:
En la última parte del recorrido atravesamos un par de pasarelas de madera, como a medio metro del suelo, supongo que para proteger la flora. Aquí conviene que los niños vayan bien por el centro, que un talegazo puede hacer pupa.
Próximo ya a Garaio, hay una pequeña zona donde es posible pernoctar con furgo o caravana:
Último tramo por carretera antes de regresar al punto de información para devolver las monturas. Ojo con los peques ,que si es fin de semana, como en nuestro caso, nos cruzaremos con más de un vehículo.
En definitiva, que volveremos segurísimo a completar el recorrido completo.
Con zona donde dormir con la furgo, servicio de alquiler de bicis, y recorrido en plena naturaleza fácil y sin desnivel, ¿qué más se puede pedir?
¡Zorionak por la iniciativa!
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