Si algo positivo le he encontrado a esta desgracia que es la pandemia del Covid-19, es el teletrabajo. Ni recomendaciones para la conciliación laboral y familiar, ni recomendaciones para el medio ambiente, ni ostias: ha tenido que ser algo tan terrible como este virus para que, al fin, las empresas hayan accedido a disponer esta ventajosa forma de trabajar.
Las comodidades que éste ofrece, y las sucesivas restricciones de movilidad, han hecho que algunos tengamos demasiado "crédito vacacional" a punto de finalizar el año, y las empresas presionan para que lo agotemos. Así que me veo un jueves cualquiera de otoño, sin saber qué hacer...¡Suerte que puedo contar con Dani para volver a visitar los alrededores de la Dehesa Boyal, que tanto me sorprendió cuando hicimos la ruta San Sebastián de los Reyes - Talamanca del Jarama !
Bueno , quien dice "alrededores" , dice "alrededores extensos" , ya que estamos hablando de toda la vuelta a la tapia que rodea el Soto de Viñuelas, todo un clasico de la BTT madrileña, con una longitud de unos 40km, y un desnivel aproximado de +450m. Ruta muy bonita , sin tramos técnicos, pero suficientemente divertida, y bastante fácil de seguir incluso sin GPS, salvo algún tramo por urbanizaciones que conviene llevar estudiado previamente. Recomendable evitar los fines de semana, o hacerlo en las horas menos habituales, ya que es una ruta muy concurrida, con algunas zonas estrechas, donde cruzarnos con otros ciclistas puede ser un coñazo, e incluso algo peligrosillo si vamos "embalaos".
El track aproximado de la ruta , disponible en Wikiloc pinchando aquí
El inicio de ruta coincide con la anterior ruta que hicimos San Sebastián de los Reyes - Talamanca del Jarama. Osea: comienzo en las proximidades de la Avenida de los Arribes del Duero , pedaleo en las proximidades del Parque de la Artillería Española:
Giro a la izquierda siguiendo la verja metálica de la zona militar de El Goloso, mientras que a nuestra derecha queda otra verja metálica, perteneciente a la Dehesa Boyal:
"Entre 2 veeeerjaaaaas eeeessstáaaaaassss", que dirían los Héroes del Silencio :
"Senderos de traición", para mí, uno de los
mejores y más influyentes discos del rock español.
En cuanto visualicemos la tapia, ya sólo se trata de irla siguiendo:
Acercándonos al Cementerio de La Paz. Hay una barrera que corta el paso a los vehículos. Nosotros podemos rodearla por la izquierda.
Dejando atrás el cementerio, nos aproximaremos a la autopista M-607, que cruzaremos usando el puente metálico rojo que se aprecia en la imagen (rampa apta para bici, no escalones):
Aunque la bajada del puente está orientada hacia la izquierda (hacia Madrid), nosotros hemos de girar a la derecha al abandonarlo (hacia Tres Cantos):
Circular un pequeño tramo por el carril bici, hasta ver el próximo puente, que usaremos para abandonar el carril bici y volver a cruzar la M-607, y regresar al otro lado de la autopista. Puede parecer algo absurdo, pero es la mejor opción.
Del carril bici es posible que comente algo en otra entrada. Lo hice desde Alcobendas a Soto del Real, y me pareció una buena ruta para entrenar (65km, +550m aprox), y se puede usar para llegar a sitios interesantes como La Pedriza. Pero lo que no me gustó, es lo concurrido que está por grupos de "machacas", alguno bastante mal educado si no te apartas todo lo que considere. Mejor visitarlo cuando no sea fin de semana.
Cuando bajemos del segundo puente, girar a la derecha, como si quisiéramos regresar. Hay un mini-tramito de carril bici, al final del cual, giraremos a la izquierda, como se muestra en la imagen. ¡Mucho ojo, porque es una de las entradas a Tres Cantos, y circulan muchos coches! Cruce peligroso.
Esta es la entrada. Nosotros ya estamos a salvo en caminito de tierra:
Seguimos el caminito, y recuperamos el trazado de la tapia:
Topalante, hasta que veamos las instalaciones del Canal de Isabel II. Podemos seguir por la carretera, o mejor, tomar el pequeño camino de tierra que sale a mano derecha, pasado el puentecito, más o menos por donde se ve el coche:
Más divertido el camino, claro...
En el desvío de la imagen, tomar la ancha pista de tierra más a la derecha. Ojo que circula algún coche por ella:
Seguimos sin perder de vista la tapia a nuestra derecha:
Al llegar a este punto , atravesar la portezuela ¡Comienza el tramo más divertido, con pequeños "toboganes" ! También tener en cuenta que algunas partes son algo estrechas y hay riesgo de colisión con otros ciclistas que circulen en sentido contrario.
Al salir de la parte divertida, desembocamos en la urbanización Ciudalcampo. Nosotros estamos siguiendo la tapia en el sentido de las agujas del reloj, y por tanto para atravesar la urbanización hemos de : Girar a la izquierda ligeramente cuesta abajo nada más adentrarnos en ella, y luego TODOS los giros , a mano derecha (3 giros, si no recuerdo mal):
Dejando atrás la urbanización Ciudalcampo ...
.... Y adentrándonos en otra urbanización, Fuente del Fresno. En parte de la urbanización seguimos viendo la tapia a la derecha, y llegará un momento que tengamos que realizar un marcado giro a derechas, por una fuerte bajada (a elegir calle asfaltada, o camino paralelo más a la derecha)
Tras la fuerte bajada, nos alejamos momentáneamente de la tapia, y seguimos el camino de tierra a la izquierda. En este momento se circula paralelo al Arroyo de Viñuelas...
....Que cruzaremos en cuanto veamos el puente de madera a mano derecha:
Hay varias posibilidades para regresar hacia nuestro punto de origen: la pista más a la izquierda nos llevaría más próximos al Decathlon, y la de más a la derecha, nos llevaría de nuevo a la tapia. Nosotros elegimos la central, que es algo más suave:
De nuevo junto a la Dehesa Boyal:
En la que nos internaremos para las últimas pedaladas divertidas :
Para los bikers más cañeros, resultará más emocionante leer en el sofá una novela de John le Carré. Pero para una amplia mayoría, resultará un recorrido enormemente safistisfactorio.
Nos dejó John le Carré, reputado autor de novelas donde se mezclan los asuntos más turbios de la geopolítica y el orden internacional con la moralidad , y al igual que su rival literario Frederick Forsyth, ex-miembro del servicio secreto británico. Foto de El País
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