De regreso a los madriles desde Aosta, hacemos escala en Saint Lary antes de dar por finalizadas las vacaciones. Sabemos que será la última oportunidad de hacer montaña juntos durante algún tiempo, así que el chaval y yo nos escapamos una mañana bien larga para tachar algún 3000 cercano.
Elijo el Pic de Lustou porque lo recuerdo bastante cómodo y accesible de cuando estuve por la zona de Néouvielle. Hemos venido cargando con botas de invierno unos cuantos km para poder tachar el Breithorn e intentar la Punta Giordani, y ya el maletero no daba para más, así que, o calzamos botas duras, o calzamos zapatillas, y con los calores que hace, los dos lo tenemos claro...
Madrugamos lo suficiente como para encontrar prácticamente vacío el parking de Frédancon, y comenzamos a caminar por la ancha pista para vehículos al otro lado del puente:
El punto en el que hay que abandonar la pista lo recuerdo bastante bien y no se me escapa:
...Pero ya el tramo por bosque tras cruzar el pequeño río es otra historia, y aún con
track , me despisto y el chaval se me queja 😬
Retomamos el sendero güeno :
Esta cascada la recuerdo bien bonita, y rodeada de aún más restos de alud que hoy:
A más pendiente, menos ropa, así que forrillo fuera y a disfrutar del fresquete mañanero...
....Que no tardaremos mucho en empezar a pasar calor, una vez dejemos atrás la cabaña de Lustou:
Senderitos de tierra y zonas herbosas, hacen de esta ascensión una ruta bastante cómoda en prácticamente todo el recorrido. Sólo en la parte final tendremos que atravesar zona de canchal. Tengo claro que NO hay que ir hacia la brecha que se aprecia en la derecha de la imagen, en sombra, y que conviene ir ganando altura por la izquierda , menos directo pero más cómodo:
De hecho, la pareja que llevábamos por delante (en sombra) se han dado la vuelta al encontrar la brecha descompuesta, y parecen desistir. Les animo indicándoles que tomen la senda por donde vamos nosotros, y la chica se anima y nos sigue hasta alcanzarnos, mientras que el chico prefiere esperar a su regreso.
Aprovechando su compañía, nos saca una foto padre-hijo pal recuerdo:
El regreso lo hacemos intentando repetir los pasos hechos a la subida, que ,sin ser difíciles, sí requieren apoyar manos en algunos puntos. Al loro las zapas del chaval: nada apropiadas para montaña, lo sé. Por eso he preferido venir a este pico en vez de a la zona de Néouvielle, y aún así, en algún momento me 1/2 arrepiento...
La verdad es que el chaval se está portando como un jabato, y esta bonita ascensión nos va a quitar un poco del come-come que nos dejó la cresta de la
Punta Giordani
Ya fuera del tramo de apoyar manos (muy asequible) :
En la zona donde más se ensancha la cresta hay un emplazamiento de vivac, y casualmente, el único montañero que nos encontraremos de bajada, aparte de la pareja, tiene intención de dormir en él. Sólo de ver el mochilón que lleva ya me duele la espalda, y aún así me parecen pocos los 4 litros de agua que dice portear, para todo el calor que está haciendo hoy y las muchas horas que le quedan por delante.
Me he adelantado un poco, y charlo con la pareja de la chica que nos ha acompañado. Se nota que están en buena forma física, y cuando me explica las jupas que se meten con las bicis, no me extraña nada: han venido de vacaciones a medirse con las flacas en algunos de los puertos míticos, incluído el mismísimo Col du Tourmalet
Nos despedimos de la pareja, y perdemos desnivel rápidamente por los cómodos senderos:
Intentando a la vez retener la belleza de estos paisajes en la memoria, a los que sabemos tardaremos un tiempo en volver juntos de nuevo:
También un poco con el bajoncillo propio de saber que se acaban las vacaciones, pero así es la vida, y este año no nos podemos quejar...Hemos exprimido bien los pocos días, y además de visitar un montón de sitios chulos, nos llevamos un 4000, otra antecima de 4000, y este bonito 3000.
Hay que aprovechar cuando se puede, que estamos de paso y no somos tiburones de Groelandia de esos capaces de vivir 500 años precisamente ...
El tiburón de Groenlandia es la especie más longeva de la que se tiene registro en el planeta.
¡Alguno de ellos ha podido convivir con Galileo o Cristobal Colón! (Fuente: NATIONAL GEOGRAPHIC)
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